El primer día del 2019 dejó un saldo de siete homicidios en Cali. Al menos dos de las muertes violentas ocurrieron en medio de riñas y otras dos fueron resultado de retaliaciones personales.
Así lo reveló el primer reporte policial del año, el cual señaló que todas las víctimas mortales del pasado 1 de enero fueron hombres entre los 21 y 38 años de edad.
De acuerdo con el análisis de las autoridades, este sería el 1 de enero menos violento de la capital del Valle en los últimos 26 años, pues según datos históricos, el pasado martes tuvo resultados menores comparado con el número de asesinatos presentados el 1 de enero de 2016 (nueve homicidios), además de registrar tres homicidios menos que el 1 de enero de 2018.
Y es que históricamente esta fecha resulta ser una de las más violentas del año en la ciudad. Esto, considerando que la mayoría de los homicidios suceden durante las prolongadas celebraciones del Año Nuevo.
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“En años anteriores, este mismo día presentaba muertes violentas superiores a los 30 casos. Por eso consideramos que se obtuvo un muy buen resultado”, explicó el coronel Henry Ramírez, comandante operativo de la Policía Metropolitana, al resaltar que esta cifra responde a la tendencia a la baja de homicidios que se viene presentando en la ciudad desde el 2014.
Al respecto, también se pronunció el secretario de Seguridad de Cali, Andrés Villamizar, al acotar que las principales fechas de celebraciones del pasado diciembre tuvieron las mejores cifras de reducción de asesinatos.
“Siete homicidios el 1 de enero es un número muy alto, pero es el más bajo de la historia. También tuvimos la Navidad y el Año Nuevo más pacíficos: un solo homicidio el 24 y un solo homicidio el 31. Esto, frente a los ocho homicidios del 24 de 2017 y los tres homicidios del 31 del mismo año. Repito, ojalá hubieran sido cero, pero nos alegra decir que fueron fiestas pacíficas”, aseguró Villamizar al destacar el trabajo articulado realizado por las autoridades en los últimos años.
“Yo creo que la mano dura sola no funciona, como tampoco lo hace solamente la intervención social. Hay que combinar las dos cosas. Cali es un ejemplo internacional de cómo se debe articular el trabajo de la Policía, la Fiscalía, el Ejército y la Administración con programas sociales como el Tratamiento Integral de Pandillas y los Gestores de Paz y Cultura, con los que se ha podido reducir en un 50 % el número de homicidios por motivo de pandillas”, señaló el funcionario.
Víctimas del 1 de enero
El primer homicidio del 2019 ocurrió alrededor de las 4:00 a.m. en las inmediaciones de la Carrera 82 D con Calle 4, a la altura del sector La Choclona, zona rural del sur de Cali.
Según el reporte policial, en ese lugar, por hechos que aún son materia de investigación, resultó herido con arma blanca Jhon Alexánder Arce, de 24 años, quien fue trasladado al Hospital Mario Correa Rengifo, en la ladera de la ciudad, donde falleció.
Sobre las 7:00 a.m., Jairo Javier Delgado, de 31 años, quien según averiguaciones de la Sijín, sería un operario de aseo del servicio público, fue víctima de una bala perdida al encontrarse en medio de un enfrentamiento de pandillas.
En el mismo hecho, ocurrido en el barrio Alfonso López, resultó herido un menor de 16 años, quien sería integrante de una de las pandillas. Ambos fueron trasladados al Hospital Joaquín Paz Borrero, en el nororiente de Cali, donde finalmente Delgado falleció.
Pasadas las 9:00 a.m., mientras intentaba realizar un hurto al interior de una vivienda del barrio San Bosco, un presunto habitante de calle, al parecer miembro de la comunidad Lgbti, conocido como ‘Laura’, de 33 años, fue atacado con su propia arma blanca en medio de una riña con el residente del inmueble, quien lo descubrió cometiendo el hurto.
Alias Laura murió en el lugar de los hechos, mientras que el residente de la vivienda fue capturado.
Entre tanto, sobre las 10:00 a.m., Eduardo Restrepo, de 21 años, al parecer, fue víctima de sicariato por retaliaciones en su contra en el barrio Los Robles, suroriente de Cali. Este hombre había presentado una denuncia por amenazas en 2016.
Finalmente, Dorian Andrés Prado, de 34 años, quien tenía anotaciones por fabricación, tráfico o porte de armas, fabricación o porte de municiones y violencia intrafamiliar, fue herido con arma blanca y murió en medio de una riña en el barrio Brisas del Limonar, en el suroriente de la ciudad.
Cabe anotar que estos homicidios, como otros dos ocurridos el pasado martes 1 de enero, aún son materia de investigación por parte de las autoridades.