Twitter decidió retirarse del código de buenas prácticas de la Unión Europea (UE) contra la desinformación en internet, aunque “sus obligaciones” permanecerán, tuiteó este sábado el comisario europeo de Industria Thierry Breton.
La decisión unilateral de la empresa liderada por Elon Musk llega después que la UE le regañara en febrero por no hacer lo suficiente para frenar las ‘fake news’.
“Puede correr, pero no esconderse. Más allá de los compromisos voluntarios, la lucha contra la desinformación será una obligación legal en virtud de la DSA (la Ley de Servicios Digitales) a partir del 25 de agosto”, escribió Breton en la red social, propiedad de Elon Musk.
“Nuestros equipos estarán preparados para hacer cumplir la ley”, advirtió.
El código europeo de buenas prácticas, creado en 2018, es aplicado por unas 30 empresas, entre ellas los gigantes del sector como Meta, Google, Twitter, Microsoft y TikTok.
Esos grupos participaron en la redacción del texto que incluye unas 40 recomendaciones, destinadas a establecer una mejor cooperación con los servicios de verificación de la información y a dejar de publicitar páginas que difunden noticias falsas.
Sin embargo, Twitter no está haciendo los deberes y es la única empresa del grupo que no ha enviado a la Comisión Europa un informe completo para detallar qué medidas ha tomado para frenar la desinformación.
Aunque no esté obligada a participar en el envío de esos informes, no hacerlo puede suponerles problemas con los reguladores europeos. En este sentido, la salida de Twitter del código de la UE no fue una sorpresa para los servicios de Breton.
Después de haber adquirido la red social del pajarito a finales del año pasado, el millonario Musk suavizó la moderación en Twitter y parece proclive a potenciar la voz de conocidos propagadores de informaciones falsas.
“Si (Musk) no es serio con el código, casi mejor que lo abandone”, dijo el viernes un responsable de la Comisión Europea.
Después de haber adquirido la red social a finales del año pasado, Musk suavizó la moderación en Twitter y parece proclive a potenciar la voz de conocidos propagadores de informaciones falsas.
Según las fuentes europeas, Twitter afirmó que prefería confiar en el criterio de su comunidad de internautas más que en los servicios de verificación de informaciones (fact-checking).
Los otros cambios de Musk
Cuando Elon Musk accedió por primera vez a comprar Twitter, prometió hacer que la empresa fuera “mejor que nunca”, con mayor transparencia, menos bots, un negocio más fuerte y más de lo que llamó “libertad de expresión”.
Después de adquirir la plataforma por US$ 44.000 millones, a fines de octubre, Musk ahora valora Twitter en alrededor de US$ 20.000 millones, y algunos que siguen la pista de la empresa creen que incluso esa estimación es probablemente alta.
Musk advirtió repetidamente que Twitter podría estar en riesgo de declararse en bancarrota solo para afirmar que lo había sacado del abismo gracias a su reducción de costos, tanto al despedir al 80 % del personal de Twitter como supuestamente al no pagar algunas de sus facturas, según múltiples demandas.
Además, su plan para hacer crecer el negocio de Twitter, a través de una estrategia de suscripción revisada, ha ocasionado mucho caos, y solo en una cantidad limitada de suscripciones reales.
Una vez conocido por gran parte del público principalmente por sus esfuerzos innovadores para lanzar cohetes y construir autos eléctricos, Musk ha pasado gran parte de los últimos meses en los titulares por políticas controvertidas y cambios en las características de Twitter, recortes extremos en el personal, que dieron como resultado frecuentes interrupciones de servicio y vetando brevemente a varios periodistas destacados.
También ha tuiteado una larga lista de comentarios excéntricos desde su cuenta personal de Twitter, que incluyen compartir teorías de conspiración y burlarse públicamente de un trabajador de la plataforma con una discapacidad que no estaba seguro de haber sido despedido.