La seguridad es uno de los temas de discusión que más relevancia ha tomado en Cali, no solo por el difícil panorama que se presenta, sino también por la cercanía a los comicios regionales y el debate sobre el papel de los gobiernos municipales en las estrategias que se deben implementar para disminuir los índices de criminalidad.

La Policía Metropolitana viene realizando una serie de patrullajes por los barrios de la ciudad, con el fin de anticiparse al delito y de la misma manera evitar que se presenten casos de justicia por mano propia. Estas estrategias se deben fortalecer.

Los expertos aseguraron que, ante todo, se requiere un trabajo articulado continuo que no esté sujeto a los cambios constantes de gobierno. Y señalaron que las actuaciones en esta materia no son solo responsabilidad de la Secretaría de Seguridad y Justicia.

El ejercicio de las construcciones de las políticas se debe hacer a través de los diferentes roles de cada secretaría, entendiendo que están los temas de bienestar de víctimas, de migrantes, de entidades de género, de educación, de cultura, de deporte y de paz”, expresó Román, actual directora de proyección social de la Universidad San Buenaventura.

Una estrategia regional

Además de la inseguridad que se vive en la ciudad, la llamada capital del pacífico está en el enclave de las rutas más violentas del país por cuenta de grupos armados ilegales que delinquen en el norte del Cauca y sur del Valle, lo que dinamiza la el conflicto.

“Los desafíos y la realidad de Cali no son únicamente locales. Se tienen que atacar desde una articulación macro que integre los diferentes niveles territoriales. Para eso, es necesaria una política territorial más amplia que integre distintas jurisdicciones, cuente con enfoque diferencial y escuche las necesidades locales. Hoy no hay ni siquiera instrumentos regionales”, se consignó en el documento.

Por ello, “se debe proyectar una ciudad que lidera una estrategia regional de seguridad y exige al Gobierno Nacional la cooperación pertinente”, añadieron. Sin embargo, los recursos son insuficientes y es necesario coordinar una mayor inversión.

La prevención y educación debe iniciar desde las escuelas, para que los menores reconozcan que la violencia no soluciona los problemas. | Foto: Archivo de El País

Prevención, la clave del éxito

El consumo de fentanilo y otras drogas pone en jaque la seguridad de la ciudad y, por esta razón, advirtieron los autores del documento, se debe atacar antes de que se salga de control.

Cabe destacar que el microtráfico alimenta las cifras de otros delitos como el homicidio, del cual se han registrado 774 casos en 2023, un aumento de 5,2% con respecto al mismo periodo del año pasado.

Román explicó que la mayoría de asesinatos se presentan por ajuste de cuentas entre organizaciones dedicadas al tráfico de estupefacientes que pelean por el control del negocio, por lo cual es necesario atacar el problema desde la raíz, articulados con salud pública para controlar el consumo.

Por otro lado, los especialistas afirmaron que se debe poner especial atención a las cambiantes tácticas de terrorismo que los grupos armados ilegales han empleado en zonas cercanas a la ciudad, como los carro bomba detonados en Timba, Cauca y Potrerito, corregimiento de Jamundí, ocurridos los pasados 20 y 22 de septiembre, a escasos kilómetros de la capital vallecaucana

Intervención social integral

Para fortalecer la seguridad se debe formular una estrategia ofensiva en cabeza de la Alcaldía contra estructuras delincuenciales organizadas, afirmaron los expertos. “Este plan debe priorizar las capturas y el desmantelamiento de las organizaciones y se debe usar como guía clara del período completo. A partir de esta se deben exigir resultados operativos y rendir cuentas a la ciudadanía”, se consignó en el documento.

Además, se deben trazar planes fuertes de resolución de conflictos donde se incluya el fortalecimiento de las comisarías de familia, las cuales necesitan recursos y personal capacitado para evitar que los problemas de convivencia se conviertan en hechos violentos.

Se tiene que hacer un esfuerzo más amplio desde lo institucional que comprometa a todos los sectores, como el de la educación y protección social, para atacar y disminuir el riesgo de estos fenómenos”, afirmó Juan Camilo Cock, director de la fundación Alvaralice y moderador para la construcción de la guía.

De la misma manera, es necesario atender las necesidades de la sociedad, que, en muchos casos, son dinamizadoras de la criminalidad.

Tiene que cesar la desigualdad. Hay tener en cuenta que en Cali más del 47% de la población está aguantando hambre y no hay una política que aguante esos fenómenos de desplazamiento, de violencia y de víctimas que llegan a la ciudad”, agregó Román

La seguridad debe tratarse integralmente entre la Fuerza Pública y las políticas de intervención social.

Apoyo a la Fuerza Pública

Si bien es cierto que falta pie de fuerza policial, también es importante fortalecer las labores de inteligencia y una de las maneras de hacerlo es fortaleciendo el sistema de videovigilancia automatizado.

Asimismo, es vital invertir en iluminación y recuperación del espacio público, pues estas acciones “fortalecen la percepción de seguridad y contribuyen a la reducción de delitos”, expresaron los ex secretarios.

Cabe mencionar que para que estas rutas funcionen, la relación entre el Alcalde o Alcaldesa entrante con el comandante de la Policía de Cali debe depender de la afinidad personal, debe estar orientada en los resultados. Además, “la Policía debe seguir transformándose, adoptando un enfoque más comunitario para un mejor funcionamiento. La prevención, de la mano de la gente, es la llave para ganar la batalla”, sostuvieron.