Por medio de un recurso de apelación, los dos feminicidas trataron de deslegitimar la declaración de Mateo Reyes, uno de los testigos del caso de Ana María Castro Romero. Ahora su sentencia se redujo en varios años debido a nuevo dictamen judicial.
La condena de Naranjo y Ortegón se debe a su participación y responsabilidad directa con los hechos relacionados con el feminicidio de Ana María Castro Romero en la madrugada del 5 de marzo de 2020. La Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá, en fallo de segunda instancia, dejó en firme la condena de los dos procesados.
Pero algo que ha cambiado en el proceso es que se modificó el delito de feminicidio agravado por homicidio agravado, debido a que no se presentaron pruebas que permitieran deducir que la muerte de Ana María se daba por el hecho exclusivo de ser mujer; en este caso el monto de la condena inicial era de 41 años y 6 meses, pero al cambiar la tipificación van a pagar solo 33 años y 3 meses.
¿Qué dice el Tribunal?
La Fiscalía General entregó todas las pruebas recogidas en el proceso y el alto tribunal avaló el material, con este material se pudo concluir que Naranjo y Ortegón estuvieron con Ana María en el norte de Bogotá y que en los videos de las cámaras de seguridad se puede ver como ellos salen con la chica en estado de embriaguez hasta que se suben a una camioneta en el parqueadero.
En el material se puede ver que está presente Mateo Reyes, amigo de la joven Ana María y cuya declaración fue importante para esclarecer muchos de los hechos ocurridos esa lamentable noche.
En la lectura que hace el magistrado en la audiencia del martes 26 de septiembre se escucha lo siguiente con respecto a los eventos: “Durante 47 segundos el vehículo donde se transportaban, los acusados golpearon a Ana María Castro Romero con objetos contundentes, causándole graves lesiones en el cráneo y en el tórax que le produjeron la muerte y después la abandonaron a su suerte, mientras agonizaba”.
¿Qué ocurrió esa noche?
Luego de una noche de rumba, a la 1:00 de la mañana, Ana María salió del Bar Cantina Plaza México junto con Paul Naranjo, Mateo Reyes y Julián Ortegón, con quienes había estado compartiendo unos tragos. Su destino era la casa de Ortegón, ubicada en el barrio Pontevedra, en el norte de Bogotá, donde acordaron seguir con el encuentro.
Las cuatro personas abordaron una camioneta marca Kia Sportage, Color Negro, de placas FSP 598 de propiedad de la hermana de Naranjo. En la silla delantera se ubicó el hoy imputado y en la parte trasera se sentaron Ana María y Mateo.
En el transcurso del camino, tanto Ortegón como Naranjo se percataron que Ana María y Mateo se estaban besando al interior del vehículo, lo que según el fiscal, generó molestia en los dos hombres. Detuvieron el vehículo y expulsaron a Mateo de él. Ana María quedó dentro del automotor y posteriormente fue lanzada del vehículo a la altura de la calle 80, lo que generó su muerte.
Desenlace
Sobre la calle 80 con carrera 59, una cámara de seguridad registró una imagen que fue clave: en la misma aparece la camioneta en la que se movilizaban los jóvenes y, cuando estaba a punto de salir del cuadro, se ve cuando la joven cae sobre el pavimento. Sin embargo, el conductor de la camioneta siguió su rumbo y muy pocas personas se dieron cuenta del suceso a esa hora.
La Fiscalía General llevó a un experto para declarar y presentó una hoja de ruta del movimiento que hizo la camioneta, aclarando que está jamás bajo la velocidad tras el suceso de dejar atrás a Ana María.
Julián Ortegón se encuentra privado de su libertad en la cárcel Distrital, de Bogotá; mientras que Paul Naranjo está en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, en Boyacá.