La jardinería en el hogar es una actividad gratificante que puede embellecer los espacios y ofrecer una conexión con la naturaleza. Sin embargo, regar las plantas de manera incorrecta puede tener consecuencias negativas para su salud y desarrollo.
Cuando se trata de mantener las plantas en buen estado, el riego es una de las tareas fundamentales. Sin embargo, es fácil cometer errores al regar las plantas sin siquiera tener en cuenta de las consecuencias.
Conozca los cinco errores más comunes que se deben evitar al regar las plantas del hogar. Desde la falta de sistemas de autorriego hasta regar todas las plantas con la misma frecuencia y cantidad, descubra cómo corregir estos errores y garantizar un cuidado óptimo para nuestras amadas plantas.
1. No utilizar sistemas de autorriego
Cuando planificamos unas merecidas vacaciones o nos ausentamos por varios días, es común olvidarnos de regar nuestras plantas. El resultado es un desastre: plantas marchitas y debilitadas. Una solución práctica y eficiente es invertir en sistemas de autorriego.
Javier Sánchez, jardinero de la empresa sevillana Campo y Jardín, explica para el portal huffingtonpost “Los hay de varios tipos, pero los más eficientes son las macetas de autorriego, que funcionan por goteo. Permiten programarlas todos los días para que drenen a la misma hora. Son muy útiles no solo si estás de vacaciones sino si estás trabajando, mucho tiempo fuera de casa o no estás tan pendiente de tus plantas como deberías”.
Estos dispositivos automáticos garantizan que las plantas reciban la cantidad adecuada de agua en nuestra ausencia, manteniéndolas saludables y vibrantes.
2. La falta de un drenaje adecuado
Un drenaje insuficiente puede ser igual de perjudicial que no regar las plantas en absoluto. El exceso de agua en el sustrato puede provocar el desarrollo de hongos, pudrición de las raíces y en casos extremos, incluso la muerte de la planta.
Un truco que comparte el portal elmueble es “Truco: si quieres evitar la acumulación de agua por drenaje inapropiado, te recomendamos que hagas agujeros en las macetas antes de plantar y uses siempre el sustrato específico para tu planta”.
Asegúrase de utilizar macetas con agujeros de drenaje y colocar un plato o bandeja debajo para recoger el exceso de agua. Esto permitirá que el agua sobrante se drene adecuadamente y evite problemas futuros.
3. Regar en exceso
A veces, queriendo asegurar de que las plantas estén bien hidratadas, se puede fácilmente caer en el error de regar en exceso, el cual al ser una gran cantidad de agua puede ahogar las raíces y llevar a la asfixia de la planta. Es importante aprender a conocer las necesidades de cada especie y regar de acuerdo con ellas.
“Al regar en demasía, el agua cubre todos los espacios entre las partículas del sustrato, desplazando todo el aire al exterior. Las raíces de la planta no pueden respirar y mueren” afirma el portal joseeljardinero.
Observe el sustrato y verifique si está seco antes de regar nuevamente. Un buen consejo es utilizar un medidor de humedad para determinar cuándo es el momento adecuado para regar.
4. Regar todas las plantas con la misma frecuencia y cantidad
Cada planta tiene requisitos de riego específicos y tratarlas a todas por igual puede ser un grave error. Algunas especies necesitan riego regular, mientras que otras prefieren un sustrato más seco.
“Por ejemplo, algunas plantas necesitan ser regadas diariamente, mientras que otras solo necesitan agua una vez por semana. Conociendo las necesidades de tus plantas, podrás proporcionarles lo que necesitan para crecer saludables” añade el portal verdevidaverde.
Investigue sobre las necesidades de cada una de sus plantas y adáptese a ellas. Agrupe sus plantas según sus requerimientos de agua y establezca un programa de riego personalizado para cada grupo. De esta manera, cada planta recibirá la cantidad adecuada de agua y prosperará.
5. Utilizar agua de mala calidad
El agua que se utiliza para regar las plantas también juega un papel crucial en su salud. Utilizar agua de mala calidad, con altos niveles de cloro, metales pesados u otros químicos, puede afectar negativamente el crecimiento y desarrollo de las plantas.
“Como siempre, la mejor opción es la natural, es decir, la mejor agua para regar las plantas es sin duda el agua de la lluvia. Sin embargo, no siempre llueve cuando lo necesitamos” añade ecologiaverde.
Es recomendable utilizar agua filtrada, agua de lluvia o dejar reposar el agua del grifo durante 24 horas para que se evaporen los químicos antes de regar las plantas. Además, evite regar con agua fría directamente del grifo, ya que puede impactar negativamente en las raíces de las plantas.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.