Los gatos son compañeros adorables y cariñosos que llenan los hogares de alegría. Como cualquier ser vivo, los gatos también pueden enfrentar problemas de salud a lo largo de su vida.
Sin embargo, existen algunas razas de gatos que parecen tener una mayor resistencia a enfermedades y afecciones comunes. Uno de ellos es el gato savannah, de acuerdo con el portal web de National Greographic, esta raza híbrida entre salvaje y doméstica, está prohibida en algunos lugares.
“Con sus cuerpos esbeltos y delgados y sus atractivas manchas, los gatos savannah han conquistado Internet, acumulando hasta ahora 1100 millones de visitas sólo en TikTok. Pero estos híbridos de gato salvaje africano y gato doméstico también son polémicos, y en algunos países su tenencia está completamente prohibida. España incluida, aunque con excepciones”, indica el portal especializado.
Según la historia, la primera gata savannah (llamada así por la sabana africana) nació el 7 de abril de 1986 en Phillipsburg, Pensilvania (Estados Unidos), de madre siamesa y padre serval. Pero fue hasta el año 2001 que la Asociación Internacional del Gato, con sede en Texas, empezó a registrar la raza.
De acuerdo con National, los servales, gatos moteados y rayados que pesan entre 9 y 18 kilos, están muy extendidos por el sur de África. Estos cazadores utilizan sus orejas de gran tamaño, parecidas a un plato de radar, para localizar a sus presas entre la hierba alta, y sus largas patas para abalanzarse sobre ellas.
Los savannah resultan tan exóticos que se han popularizado bastante, no solo por su imponente presencia sino también por su inteligencia, vínculo con los humanos y su carácter juguetón. Según el Comité de la Raza Savannah de la Asociación Internacional del Gato, a través de su portavoz Paige Dana, esto los convierte en compañeros casi caninos.
“Entiendo por qué la gente los adora, son preciosos. Sin embargo, existen motivos por los que podría haber algún tipo de legislación sobre su propiedad”, explica a National Greographic, Bruce Kornreich, director del Centro de Salud Felina de la Universidad de Cornell y cardiólogo del Departamento de Ciencias Clínicas.
Según informó en 2022 el periódico 20 minutos: “Ninguna otra asociación felina internacional reconoce al savannah, entre ellas la Asociación Felina Española (ASFE) filial de la Federación Internacional Felina (FIFe), y cuyos requisitos de admisión de razas es estricta y rechazan categóricamente la introducción de razas híbridas”.
El sitio web también explica que los gatos savannah se clasifican. “Un F1 (F de “filial”) significa que el gato tiene un progenitor serval y otro doméstico, es decir, a una generación de su ascendencia salvaje. Los cachorros de un F1 serían F2, con un abuelo serval, es decir, a dos generaciones de la naturaleza, y así sucesivamente. Un F1 puede costar unos 15000 euros (más de 68 millones de pesos colombianos), mientras que un F5 ronda los 1000 euros (más de 4 millones de pesos colombianos)”, asegura National.
Entretanto, los criadores de gatos savannah suelen tener servales, cuya tenencia es legal en 29 estados de Estados Unidos, 21 de los cuales requieren un permiso. Para introducir tanto Leptailurus serval como gatos Savanahh en España es preciso cumplir los requisitos de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
“En cuanto a la legalidad de poseer un gato savannah, el asunto va por barrios: en algunos lugares se exige que el felino tenga un cierto número de generaciones en libertad. En España, al ser considerada una especie exótica, por lo general su tenencia como animal de compañía está prohibida”, indica el portal web.
No obstante, es posible encontrarse con uno de estos gatos en España, si bien los requisitos son exigentes: el animal debe estar castrado, debe someterse a una revisión veterinaria anual y sólo puede vivir en un zoológico.
En 2023, la Guardia Civil y el Ministerio de Transición Ecológica destacaron una operación policial en la que se incautaron tres gatos servales, que incluyeron entre las “especies [...] cuyo grado de conservación se ve amenazado por las modas del mascotismo y acaban en manos de personal no capacitado, lo que les acarrea enfermedades y lesiones en algunos casos irreversibles”.
De vuelta a Estados Unidos, el país contempla algunas excepciones un poco más flexibles: aunque estos felinos están prohibidos en la ciudad de Nueva York, el estado de Nueva York permite poseer ejemplares de la generación F5 y posteriores. En Hawái, Rhode Island, Nebraska y Georgia, así como en toda Australia, los gatos son totalmente ilegales, independientemente de su estado generacional.