Las suculentas han ganado popularidad en los últimos años como plantas de interior debido a su atractiva apariencia y su reputación de ser fáciles de cuidar. Sin embargo, a pesar de su resistencia general, es común que los dueños de suculentas se enfrenten a la desagradable sorpresa de ver que sus plantas se marchitan y mueren. En este artículo, podrá encontrar las razones detrás de la marchitación de las suculentas y cómo evitar estos problemas.
Error 1: El exceso de riego
Uno de los errores más comunes que cometen los amantes de las suculentas es el exceso de riego. A menudo, las personas asumen que estas plantas necesitan agua con regularidad, pero, en realidad, las suculentas son resistentes a la sequía y pueden sobrevivir con muy poca agua. El riego excesivo puede llevar a un problema grave conocido como pudrición de la raíz, que es una de las principales razones detrás de la marchitación de las suculentas.
Las suculentas están diseñadas para almacenar agua en sus hojas y tallos, lo que les permite sobrevivir en condiciones de sequía. Cuando se riegan en exceso, las raíces de la planta se vuelven débiles y propensas a la pudrición. Los síntomas de esta afección incluyen hojas amarillentas y caídas, así como un olor desagradable que emana de la planta.
Para evitar este error, es esencial seguir un programa de riego adecuado para suculentas. En la mayoría de los casos, es suficiente regar la planta cuando el sustrato está completamente seco. Esto generalmente implica un riego cada dos o tres semanas, dependiendo de las condiciones de su hogar y del tipo de suculenta que tenga. Utilizar macetas con buen drenaje también es fundamental para prevenir la acumulación de agua en la base de la planta.
Error 2: La falta de luz adecuada
Otro error común en el cuidado de suculentas es no proporcionarles la cantidad adecuada de luz. Estas plantas son nativas de regiones con mucha luz solar y necesitan luz brillante para prosperar. Colocar suculentas en un rincón oscuro de su hogar o lejos de una ventana soleada puede hacer que las plantas se estiren y se debiliten, lo que eventualmente las llevará a marchitarse.
Cuando las suculentas no reciben suficiente luz, comienzan a buscarla desesperadamente, lo que provoca un alargamiento anormal de sus tallos y hojas. Este fenómeno se conoce como “etiolación” y es una clara señal de que la planta no está recibiendo la cantidad adecuada de luz.
Para prevenir este error, coloque sus suculentas en un lugar donde reciban al menos 6 horas de luz solar indirecta al día. Las ventanas orientadas al sur suelen ser las mejores opciones. Si no tiene acceso a suficiente luz natural, considere la posibilidad de utilizar luces de crecimiento artificial para proporcionar a sus suculentas la luz que necesitan.
Recomendaciones para el cuidado exitoso de suculentas
- Riego moderado y consciente: La regla general es permitir que el sustrato se seque completamente antes de volver a regar. Se deben usar macetas con buen drenaje y evitar el riego excesivo, que puede provocar la pudrición de las raíces. Es importante recordar que es mejor subregar que sobregar, ya que las suculentas pueden sobrevivir sin agua durante un tiempo.
- Ubicación adecuada: Las suculentas deben ser colocadas en un lugar que reciba luz brillante pero indirecta. Las ventanas orientadas al sur suelen ser ideales. Si no se puede proporcionar luz natural suficiente, se puede considerar la posibilidad de utilizar luces de crecimiento artificial.
- Sustrato adecuado: Se debe utilizar un sustrato específico para suculentas o cactus, que proporcione un buen drenaje y permita que las raíces respiren. Deben evitarse los sustratos pesados y retentores de humedad.
- Macetas apropiadas: Se deben elegir macetas con agujeros de drenaje en la base para evitar la acumulación de agua en la parte inferior. Las macetas de terracota son una excelente opción, ya que permiten que el sustrato respire.
- No toque las hojas: Se debe evitar tocar constantemente las hojas de las suculentas, ya que el aceite y la suciedad de las manos pueden dañar la capa protectora de las hojas y hacerlas más susceptibles a las plagas.
- Fertilización moderada: Las suculentas deben ser alimentadas con un fertilizante equilibrado diluido durante la temporada de crecimiento (primavera y verano), pero no se debe exagerar. Un exceso de fertilizante puede dañar las raíces.
- Control de plagas y enfermedades: Se debe realizar una inspección regular de las suculentas en busca de signos de plagas o enfermedades, como cochinillas o hongos. Cualquier problema debe ser tratado de manera oportuna para evitar daños graves.
- Replanteo periódico: Con el tiempo, las suculentas pueden superar sus macetas. Deben ser replantadas cuando las raíces llenen completamente el espacio disponible o cuando la planta comience a verse demasiado grande para su contenedor actual.
- Protección en invierno: Si se vive en un área con inviernos fríos, es importante proteger las suculentas del frío extremo y la humedad excesiva. Se pueden trasladar al interior o proporcionarles refugio con materiales como tela de hibernación.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.