Tras dos días de desfile de más de un centenar de países por la tribuna de la Asamblea General de Naciones Unidas para abogar por la paz y la seguridad, este miércoles se vota un proyecto de resolución de condena sobre la invasión rusa de Ucrania.

Buena parte de la comunidad internacional acusa a la Rusia de Vladimir Putin de violar el artículo 2 de la Carta de Naciones Unidas, que insta a sus miembros a no recurrir a las amenazas o a la fuerza para solucionar los diferendos.

El texto, promovido por los países europeos y Ucrania, y copatrocinado por cerca de un centenar de países de todas las regiones del mundo, ha sufrido numerosos cambios a lo largo de los últimos días para poder llegar a un acuerdo de mínimos aceptable para los más recalcitrantes.

Lea también: Biden acusó a Putin de ser un "dictador ruso" tras cruzar la frontera con Ucrania

El proyecto de resolución ha dejado de "condenar" como estaba inicialmente previsto, para "deplorar en los términos más fuertes la agresión de Rusia contra Ucrania".

La práctica totalidad de los intervinientes a lo largo del lunes y martes han condenado sin paliativos la guerra, la inseguridad y los riesgos de escalada del conflicto bélico en un mundo que empezaba a recuperarse de los devastadores estragos de la pandemia de covid-19, como lo demuestra la disparada de precios de materias primas, en particular del gas y el petróleo, o la caída de las bolsas.

Sin contar con la crisis humanitaria que se avecina y que ya ha llevado a cerca de 700.000 ucranianos a abandonar el país en busca de un lugar seguro y ha causado decenas de muertos civiles, según la ONU.

Rusia sostiene que que se trata de "legítima defensa". "No es Rusia la que ha empezado esta guerra. Estas operaciones militares las inició Ucrania contra los habitantes de Donbás (la región separatista del este del país) y contra todos los que no estaban de acuerdo con ella", defendió como un mantra el embajador ruso, Vassily Nebenzia, en el foro internacional en Nueva York.

"No hay nada que ganar" con una nueva Guerra Fría, advirtió por su parte el embajador de China ante la ONU, Zhang Jun, tras recordar que la "mentalidad" de esta época "basada en la confrontación de bloques debería abandonarse". Aliado de Rusia, China se abstuvo en la votación de una resolución similar en el Consejo de Seguridad el viernes pasado.

Otros países como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Siria o Corea del Norte, han denunciado desde la tribuna de la ONU el "doble rasero" de Estados Unidos y los europeos que no han dudado en invadir países como Irak, Afganistán, Libia o Siria.

A ojos de los aliados latinoamericanos, ese conflicto ha sido causado por la ampliación de la OTAN a los antiguos países satélites de la difunta Unión Soviética, cuya área de influencia Putin quiere restablecer.

La vicepresidenta y canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, además de pedir a Rusia "responsabilidades" por las consecuencias económicas, humanitarias y jurídicas de su acción, le recordó que el mundo "no quiere ni va a aceptar" la vuelta a los imperios.

"¡Somos todos ucranianos!"

Uno de los últimos en hablar este miércoles es Estados Unidos, que al igual que los europeos, ha adoptado una andanada de sanciones destinadas a aislar a Rusia y a asfixiar su economía para que no pueda financiar la guerra.

El presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró el martes en su discurso anual sobre el estado de la nación que Putin subestimó la respuesta de los países occidentales con su decisión de invadir Ucrania.

Le puede interesar: Frustran intento de asesinato del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski

"Rechazó los intentos de diplomacia. Pensó que Occidente y la OTAN no responderían. Y pensó que podía dividirnos internamente. Putin estaba equivocado. Estábamos listos", dijo Biden.

Pero como dijo el representante de Jamaica, "¡todos somos ucranianos!".

Los 193 países miembros de la ONU podrán votar esta resolución, que no es vinculante a diferencia de lo que ocurre en el Consejo de Seguridad -el máximo órgano de la comunidad internacional para el mantenimiento de la paz y la seguridad.

Para ser aprobada necesita dos tercios de los votos positivos y negativos emitidos, pero el resultado sin duda será un indicador del humor de los países ante una crisis de consecuencias imprevisibles para un planeta en busca de soluciones urgentes para otros problemas acuciantes como la recuperación de la pandemia del covid y el cambio climático.