Los bloqueos en varias rutas de Perú, en el marco de una ola de protestas que pide la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, empezaron a provocar escasez de algunos productos básicos y aumentos de precios de combustibles y alimentos en provincias del sur andino, epicentro de las manifestaciones.
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Según el balance oficial, las movilizaciones han dejado hasta el momento 46 muertos, entre ellos un policía, tras seis semanas de crisis política y social.
La escasez de gas licuado de petróleo (GLP), principal suministro para vehículos y uso doméstico en Perú, no se puede encontrar en los servicios de venta en Arequipa, Tacna y Puno, todas regiones del sur de Perú que alegan en sus manifestaciones ser las más pobres, olvidadas y discriminadas por sus poblaciones de mayoría indígena.
"Ya me informaron que el GLP se acabó en Arequipa", dijo Alexander Cornejo, representantes de los taxista, en declaraciones a la radio RPP, refiriéndose a la situación en esta zona donde unos 7.000 taxistas sufren el desabastecimiento de combustible.
Por la escasez, los comerciantes de mercados de la ciudad de Puno, situada a 1.350 km al sur de Lima, y escenario de las protestas más violentas que se saldaron con 18 muertos a principios de enero, triplicaron los precios de artículos como la papa y el tomate.
Según las autoridades del Transporte, este miércoles había 85 piquetes que bloqueaban el paso en carreteras en nueve de las 25 regiones peruanas que exigen la dimisión de Boluarte.
Los alimentos no llegan a las regiones porque cientos de camiones se encuentran varados en las carreteras de las regiones de Ica y Puno.
El martes, en el sexto día de protestas convocadas en el centro de Lima, se registraron duros enfrentamientos entre policías y manifestantes encapuchados, que convirtieron el casco histórico de la capital peruana en un campo de batalla donde volaron piedras y perdigones en una nube de bombas lacrimógenas.
En Cusco, la ciudad más turística de Perú, el aeropuerto reanudó sus operaciones tras ser cerrado el martes para "salvaguardar la integridad de las personas y la seguridad de las operaciones aeronáuticas", informó el Ministerio de Transporte.
Las protestas estallaron tras la destitución y detención del presidente izquierdista Pedro Castillo, el 7 de diciembre, cuando el gobernante intentó disolver el Parlamento -controlado por la derecha- cuando estaba a punto de sacarlo del poder por presunta corrupción.
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Sin embargo, tras reanudarse el 4 de enero, los reclamos principales se enfocaron en derechos sociales, la desigualdad y discriminación racial en zonas históricas olvidadas del Perú de mayoría indígena.