Los combates arreciaron el martes dentro y alrededor de la región del Donbás, en el este de Ucrania, donde las fuerzas rusas buscan afianzar una serie de conquistas, mientras la Otan avanzó con los planes de incorporar a Finlandia y Suecia.

Las fuerzas de Moscú, animadas por la toma de varias ciudades en el Donbás las últimas semanas, continuaron avanzando al oeste, golpeando a la ciudad de Sloviansk con bombardeos "masivos", según el alcalde de la ciudad.

Al menos dos personas murieron y otras siete resultaron heridas en los ataques rusos contra el mercado central, tras varios días de bombardeos en la localidad.

Periodistas de AFP en el terreno vieron cuando cayeron cohetes sobre el mercado y calles adyacentes, mientras los bomberos corrían para apagar los incendios en la ciudad, de 100.000 habitantes antes de la guerra.

Pavlo Kyrylenko, gobernador de la región de Donetsk, que incluye a Sloviansk, acusó a Rusia de "apuntar intencionalmente a sitios donde se concentran civiles".

"Esto es terrorismo puro y simple", declaró en Telegram.

Lea aquí: Rusia despliega en el espacio banderas de regiones separatistas de Ucrania

En Moscú, el Ministerio de Defensa informó que las fuerzas rusas atacaron la ciudad nororiental de Járkov con armas de "alta precisión" las últimas 24 horas, donde habrían matado a hasta 150 soldados ucranianos.

Otras regiones también fueron golpeadas con misiles y artillería, informó Kiev.

Entretanto, Rusia dijo que investiga la tortura de soldados rusos tomados presos en Ucrania, quienes fueron liberados recientemente como parte de un canje de prisioneros.

"Oportuno"

En Bruselas, el secretario general de la Otan, Jens Stoltenberg, y los ministros de Exteriores de Suecia y Finlandia calificaron el martes como "histórico" el inicio del proceso de la adhesión de los dos países a la Alianza Atlántica, que sumará 32 miembros.

"La participación de Finlandia y Suecia no solo contribuirá a nuestra propia seguridad, sino a la seguridad colectiva de la alianza", declaró el ministro finlandés Pekka Haavisto, tras la firma de los protocolos requeridos para el proceso de su ratificación.

Suecia y Finlandia dejaron atrás décadas de no alineamiento militar para convertirse en miembros de la Otan tras la invasión rusa de Ucrania.

El ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, saludó el martes el paso "oportuno y correcto", y preguntó en Twitter "¿quién será el próximo?".

En tanto, los aliados de Kiev reunidos en la ciudad suiza de Lugano se comprometieron el martes a apoyar a Ucrania en lo que podría ser una recuperación extensa y costosa.

Tras dos días de conversaciones, representantes de unos 40 países se pusieron de acuerdo sobre la necesidad de hacer reformas que aumenten la transparencia y ataquen la corrupción. La reconstrucción de Ucrania podría costar hasta 750.000 millones de dólares, indicaron en la cita.

Alerta

Por su parte, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, exigió el fin del "intolerable" sufrimiento de civiles y fustigó la "guerra sin sentido".

Bachelet aseguró que hasta el 3 de julio se habían documentado más de 10.000 civiles muertos o heridos en Ucrania, con 335 niños entre los fallecidos.

Agregó que tales cifras podrían ser considerablemente mayores.

Tras abandonar su meta inicial de tomar Kiev ante la resistencia ucraniana, Rusia centró sus esfuerzos en asegurar el control del Donbás, región oriental conformada por Lugansk, que las fuerzas rusas han tomado casi por completo, y Donetsk, en el suroeste, donde concentran sus ataques.

La caída de Lysychansk el domingo, una semana después de que el ejército ucraniano se replegara de la vecina Severodonetsk, le abrió el camino a los rusos para avanzar en Donetsk.

El martes buscaron tomar la pequeña ciudad de Siversk después de varios días de bombardeo.

Dos microbuses de la Cruz Roja ucraniana se dirigieron al sitio para evacuar civiles, según periodistas de AFP.

"Hay fuertes combates en las afueras de Lugansk, cerca de Lysychansk", declaró en Telegram Serguei Gaidai, gobernador de Lugansk.

En el suroeste, en la región de Jersón, las fuerzas rusas enviaban helicópteros y artillería para contener los contraataques ucranianos.

Los combates se intensifican en la zona en momentos que las autoridades instaladas por el Kremlin en Jersón anunciaron que un funcionario de los poderosos servicios de seguridad rusos FSB tomaron control del gobierno regional.

Un portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano dijo el martes que las fuerzas rusas fuera de la región del Donbás "intentan maniatar a nuestros soldados para impedirles avanzar a las zonas de batalla".

"Nos mantienen... en plena alerta en la línea de frente", declaró a la agencia de noticias Ukrinform.

A su vez, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, vaticinó el martes en un foro de la revista The Economist que el aliado ruso Bielorrusia no será arrastrado a la guerra.

Sin embargo, advirtió que las "provocaciones" de su vecino del norte podrían continuar.

El líder bielorruso, Alexander Lukashenko, acusó el sábado a las tropas ucranianas de disparar misiles a su país.