Cientos de ciudadanos griegos han acudido a donar sangre a la ciudad de Lárisa, donde ocurrió el grave accidente de trenes el pasado miércoles 1 de marzo, el cual hasta la fecha ha dejado un saldo de 48 muertos y 85 heridos.
La iniciativa es liderada por la organización Hellenic Red Cross. Voluntarios de distintas zonas del país hacen filas en los centros de donación para ayudar a sus compatriotas.
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Mientras tanto, la indignación crece y se temen protestas en los próximos días contra el primer ministro Kyriakos Mitsotakis por las investigaciones que actualmente se están adelantando debido a presuntos retrasos en la ejecución de trabajos ferroviarios causados por las deficiencias crónicas del sector público, cinco años después de que la compañía ferroviaria fuese vendida al grupo italiano Ferrovie dello Statto (FS).
La tragedia ha sido de tan grave que los rescatistas aseguran que jamás habían participado en un accidente de tal magnitud.
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En la noche del pasado miércoles varios ciudadanos hicieron una vigilia para conmemorar a las víctimas.