Desde que el papa Francisco llegó al trono de San Pedro, en el 2013, son varias las discrepancias que se han evidenciado entre él y una parte de la comunidad católica más conservadora que no ve con buenos ojos algunas posturas de corte más liberal.

Precisamente, el pronunciamiento del Sumo Pontífice, que se conoció el miércoles a través de un documental presentado en Roma, en el que sostiene que las parejas homosexuales deben estar protegidas por las leyes civiles, abre otro enfrentamiento entre los que consideran que se trata de un avance y quienes creen que pretende acabar la doctrina de la Iglesia.

Pero este no es el único episodio que ha causado chispa en la Iglesia. Francisco permitió que los divorciados pudieran volver a comulgar, decidió que el latín no sería el idioma oficial del sínodo del Vaticano (reunión mundial de obispos), pidió perdonar a las mujeres que abortan, planteó la posibilidad de que hombres casados de regiones apartadas como el Amazonas se conviertan en sacerdotes. Asimismo, ha mostrado otros gestos que lo hacen ver como un Papa progresista.

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“Eso genera unas tensiones, de una u otra forma. Es difícil decir que en la Iglesia haya progresistas y conservadores, pero sin duda hay unas tensiones producidas por unos temas que en moral sexual, la Iglesia ha tenido una prudencia que en ocasiones no ha sido tan profética, y, sobre todo, no ha sido esa Iglesia acogedora, esa Iglesia madre y misericordiosa, que más allá de cualquier condición sexual, social, política y ética acoge a los seres humanos en toda su profunda humanidad”, señala Juan Manuel Torres, profesor titular de la Universidad de la Salle y doctor en Teología.

Apunta Torres que lo que genera la tensión es que algunos interpretan que Francisco se está distanciando de la moral de un matrimonio católico, “y en eso el Papá no está relajando la moral de la Iglesia, porque la consideración de un matrimonio católico gay aquí no está en juego”.

Asegura el experto, que el Santo Padre ha procurado que la Iglesia tienda puentes y que no sea un obstáculo para los seres humanos, “que también piense y reflexione en torno a las condiciones del mundo y, por lo tanto, esté inspirada por la misericordia y por la compasión”.

“Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?” dijo el Sumo Pontífice luego de su primer viaje oficial a Brasil.

En ese mismo sentido, Luisa Fernanda Roa Quintero, docente de la Universidad Católica de Manizales, considera que el papa Francisco reconoce la diversidad y la pluralidad de las expresiones de las dimensiones del ser humano.

“En sus encuentros con diversas creencias religiosas, organizaciones, culturas, ha demostrado una actitud respetuosa, comprensiva, porque siempre reconoce la dignidad de la persona.

“En la iglesia hay diferentes posiciones, que incidieron en el avance y en las transformaciones de toda índole. Como en todas las organizaciones hay consensos y disensos respecto a las diferentes posturas”, añade.

Sin embargo, agrega que, pese a que se puedan generar ciertas molestias en algunos sectores por las posiciones del pontífice, “no han dado lugar a la separación de sus miembros institucionalmente. Ciertos sectores de la Iglesia han cuestionado algunos asuntos, pero a pesar de las diferencias la Iglesia está unida y existen los espacios para el diálogo”.

Dice Misael Kuan, Profesor de historia de la Universidad del Rosario, que el Santo Padre lo ha hecho bien al discutir temas que son importantes en la actualidad.

“Cuestiones ambientales, de migración, la pobreza en el mundo... eso es importante. Si en ese sentido se puede considerar que es progresista, entonces sí es progresista. Él tiene esa capacidad y por eso puede generar escándalos en los círculos más conservadores porque habla de cosas que son problemáticas para todos”, señala.

Sin embargo, aunque algunos sectores reconocen que el Pontífice ha dado la discusión sobre temas polémicos y que, de alguna manera, ha generado un pequeña revolución al interior de la Iglesia, otros consideran que no es tan progresista como parece y que de fondo no se han logrado cambios profundos.

¿Cambio en la doctrina?

Analistas y miembros de la Iglesia coinciden en que los pronunciamientos del Papa con respecto a la unión de parejas del mismo sexo, no significa de ninguna manera que sea aceptado en la doctrina católica la homosexualidad o que se equipare al matrimonio entre hombre y mujer.

“Él está diciendo que esa convivencia entre homosexuales debe ser protegida legalmente, posiblemente puede haber un paso adelante a nivel de comprensión de la realidad de las parejas homosexuales, pero no hay ningún cambio. No está diciendo que la unión entre homosexuales sea similar o tenga el mismo rango de un matrimonio católico. La doctrina de la Iglesia jamás va a aprobar el matrimonio homosexual”, dice el profesor Kuan.

También la docente Roa afirma que más que dar el aval al matrimonio homosexual, lo que hace Francisco es insistir en la garantía de los derechos civiles de la comunidad Lgtbi.

El teólogo Juan Manuel Torres concluye diciendo que los mensajes de la Iglesia a nivel social tienen un encabezado: “A todos los hombres de buena voluntad”.

“Yo creo que ese es el mensaje más hermoso de la Iglesia: sin relajar su identidad, poder aproximarse con compasión, porque hay muchos de esos seres humanos que creen en Dios, que aman a Dios, no obstante, por su condición sexual son alejados de ese amor, por una institución religiosa que en ocasiones determina que la gracia de Dios no pueden llegar a todos los seres humanos”.

Aceptación entre peregrinos

Las declaraciones del papa Francisco a favor de los homosexuales fueron bien recibidas por los pocos turistas y peregrinos presentes ayer en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

“Ha sido muy valiente como papa, muy positivo”, aseguró a la AFP Mikael Miodrag, de 21 años, y su novio André Amaral, de 23, una pareja franco-brasileña.

Los dos esperan un cambio de mentalidad entre los católicos gracias a la apertura del Sumo Pontífice hacia los homosexuales.

“Hasta los católicos más conservadores pueden tener una visión más abierta sobre la homosexualidad”, agregó André.

El jubilado italiano Graziano Pacenza, de 74 años, reconoció que la posición del Papa le sorprendió, por lo que no descarta una revolución en el mundo católico.

“No me esperaba esa declaración. Ahora hay que ver los próximos pasos, ojalá un lugar en la liturgia para las mujeres”, comentó.

La declaración de Francisco supone un avance con respecto a la posición del papa Benedicto XVI, quien se opuso al reconocimiento jurídico de las uniones homosexuales.