Un inesperado anuncio sorprendió al mundo este fin de semana, cuando la afamada Reina Isabel II, celebró en la intimidad, 70 años de reinado: quiere que Camila, la esposa del príncipe Carlos, sea llamada “Reina Consorte” cuando, llegado el momento, su hijo se convierta en rey.
Así lo manifestó en un mensaje escrito con motivo de su jubileo de platino, un hito que ningún monarca británico había alcanzado antes. En él, la actual Reina, de 95 años, expresó su deseo de que Camila sea coronada cuando el Príncipe Carlos, de 73 años, suba al trono.
“Es mi sincero deseo que, cuando llegue ese momento, Camila sea conocida como Reina Consorte mientras continúa su propio y leal servicio”, dijo la Monarca en la declaración.
Cabe decir que, hasta ahora, la Monarca nunca había dicho nada sobre el tema, que ha sido objeto de interminables polémicas.
Sobre todo porque Camila, de 74 años, fue durante mucho tiempo la amante del príncipe Carlos durante su matrimonio con la popular princesa Diana, por lo que no era querida por el público.
Pero la Duquesa de Cornualles vio crecer su índice de aprobación pública gracias a sus numerosos compromisos.
En diciembre, Isabel II nombró a Camila como Dama de la Orden de la Jarretera, el título de caballero más prestigioso de Gran Bretaña, marcando así su creciente protagonismo en la monarquía.
Sin embargo, el natalicio de la Reina Isabel no fue del todo risas, el 6 de febrero suele ser un día agridulce para Isabel II porque además de su acceso al trono a los 25 años de edad en 1952, fue la fecha de la muerte de su padre, el rey Jorge VI, al que estaba muy apegada, de un cáncer de pulmón.
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Este año es también el primero en que celebró su aniversario de reinado sin su querido marido, el príncipe Felipe, que falleció en abril de 2021 a los 99 años de edad.
Y por si fuera poco, tiene que lidiar con el hecho de que la monarquía atraviesa un periodo convulso entre las acusaciones de agresión sexual contra su hijo, el príncipe Andrés, y el traslado a Estados Unidos de su nieto Harry con su esposa Meghan.
De la sombra como segunda esposa, a futura Reina
Mucho tiempo ha necesitado Camila, conocida como la duquesa de Cornualles tras su boda con el príncipe Carlos en 2005, para llegar a esta situación.
La princesa Diana, que rápidamente comprendió que Camila era el gran amor de la vida de Carlos, la llamó el “Rottweiler”. Y la opinión pública la consideró como la responsable del fin del matrimonio real entre Diana y el príncipe Carlos, celebrado en 1981, y durante el cual mantuvo una relación con este.
Miembro de la alta burguesía de provincias, pero plebeya, divorciada y madre de dos hijos adultos, Camila ganó poco a poco visibilidad al comprometerse con causas como las violencias contra las mujeres o la defensa de los animales.
Sin embargo, su nombre en la historia real, es de amores y odios.
Camilla Shand conoció al príncipe en 1970 durante un partido de polo, y pese a no pertenecer a la nobleza, la joven se movía en los mismo círculos sociales que Carlos.
Nacida el 17 de julio de 1947, hija del mayor Bruce Shand y de Rosemary Cubitt, ricos terratenientes, fue educada en las mejores escuelas privadas, primero en Londres, después en Francia y Suiza.
Tiene incluso algún lazo con la familia real: bisnieta de Alice Keppel, una de la amantes del rey Eduardo VII, tatarabuelo de Carlos, Camila habría utilizado esta anécdota para abordar al príncipe en 1970, preguntándole si le “tentaba” seguir los pasos de su antepasado.
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Pero su relación fue corta: Carlos entró en la Royal Navy y Camilla, cansada de esperar, se casó con uno de sus admiradores, el mayor Andrew Parker Bowles, con quien tuvo dos hijos.
Unos años después, ella misma animaría al príncipe de Gales a casarse con Diana. Pero, cuando ambos estaban aún casados, reanudaron su relación. La prensa llegó incluso a publicar sus conversaciones telefónicas íntimas.
Tras el divorcio de Carlos y Diana, en 1996, Camila, divorciada un año antes, pudo comenzar a aparecer públicamente junto a Carlos. Pero la muerte de la princesa en un accidente automovilístico, en agosto de 1997 en París, volvió a relegarla a la sombra.
Poco a poco y sin embargo logró dejar esa imagen, imponiéndose junto al príncipe hasta que en 2005 su situación se consagró con su boda en Windsor, en presencia de la reina Isabel II.
Pero hacerse aceptar por la familia real, y sobre todo por los hijos de Carlos, los príncipes Guillermo y Enrique, no fue fácil.
Antes y desde su matrimonio, su estatuto de ‘Reina Consorte o Princesa Consorte’- fue objeto de interminables debates, a los que la reina Isabel puso fin este domingo.
La propia Camila no pedía nada. Tras su boda optó por no utilizar el título de princesa de Gales, demasiado asociado a Diana, para no herir la sensibilidad del público.
Símbolo de continuidad
A pesar de su anuncio, Isabel IIsigue sin intención de bajar del trono, por lo que Camila deberá esperar un poco más para su ascenso. Y para celebrar sus 70 años de mandato, a principios de junio se anunciaron cuatro días de festejos en el Reino Unido, muy esperados por los británicos. ‘Trooping the Colour’, la ceremonia que celebra oficialmente su aniversario cada año, tendrá lugar durante el largo fin de semana festivo. Será una reconstitución histórica de los 70 años de reinado de una monarca que atravesó diferentes épocas y diferentes crisis. El desfile mezclará tradición, historia y artistas de calle.
También se organizará un gran concierto en el Palacio de Buckingham y 200.000 almuerzos populares, uno de los cuales, en Windsor, espera batir el récord mundial del mayor picnic.