La ciudad estadounidense de Highland Park, en los suburbios de Chicago, se debatía este martes entre dolor e incomprensión, un día después de una matanza en el feriado nacional por la que se detuvo a un hombre de 22 años cuyo móvil se desconoce.
La calle principal de este suburbio acomodado seguía bloqueada por la policía. Da la sensación de que el tiempo se detuvo.
Un cochecito de bebé, un triciclo, unas cuantas sillas plegables abandonados en el lugar dan fe del caos generado por la huida de la muchedumbre tras los disparos del lunes.
En esta calle comercial con edificios de ladrillo rojo, las banderas estadounidenses ondean junto a las del orgullo LGTB.
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Armado con un rifle, Robert ("Bobby") Crimo abrió fuego contra la multitud desde el tejado de un edificio cuando cientos de habitantes asistían al tradicional desfile del Día Nacional de Estados Unidos. Al menos seis personas murieron y otras 26 resultaron heridas.
El doctor David Baum, un médico que participó en las operaciones de rescate, fue testigo del horror.
"La horrible visión de algunos cuerpos es insoportable para una persona normal", explicó, refiriéndose a las víctimas "destripadas" o acribilladas a balazos.
"Es mi destino"
La senadora de Illinois Tammy Duckworth, una exmilitar que perdió ambas piernas en un accidente de helicóptero en Irak, recordó que la última vez que escuchó "abrir fuego con un arma como esta un 4 de julio fue en Irak".
El sospechoso, originario de la región, logró huir antes de ser detenido por la tarde por la policía, que había difundido una foto de un joven de rostro demacrado y tatuado.
No dijo por qué abrió fuego pero, según la prensa estadounidense, algunas de sus publicaciones en internet son violentas, sobre armas y tiroteos.
Según el periódico local Chicago Tribune, en un video publicado hace ocho meses, se ve a un joven, que al parecer sería Robert Crimo, en una habitación y en un aula de clases con carteles de un hombre armado disparando a personas. Y un comentario grabado en audio: "Necesito hacerlo", "es mi destino. Todo me ha llevado a esto. Nada puede detenerme, ni siquiera yo".
En imágenes en la cuenta de Twitter del sospechoso se le ve con una bandera de apoyo al expresidente republicano Donald Trump sobre la espalda.
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La alcaldesa de Highland Park, Nancy Rotering, declaró a NBC que conoció al joven cuando era Boy Scout y que el arma usada en el tiroteo fue comprada legalmente.
"Tristeza"
"Aquí es donde hay que reflexionar y preguntarse qué pasó: cómo alguien se llenó de tanta ira, de tanto odio como para arremeter contra inocentes que pasan un día con sus familias", comentó.
Un drama que sumió a la ciudad en una "increíble tristeza y conmoción". "Todos conocen a alguien que se vio afectado directamente" por la tragedia.
Paul Crimo, tío del sospechoso, declaró el martes a CNN que no vio "ninguna señal" que indicase que iba a hacer algo así.
Las celebraciones del Día de la Independencia se cancelaron en varias localidades de los alrededores, pero eso no impidió más actos violentos.
En Kenosha, una pequeña localidad de Wisconsin a unos 60 km al norte de Highland Park, un tiroteo en una residencia causó un muerto y cuatro heridos, según la policía local.
La tragedia volvió a reavivar el debate sobre las armas de fuego en un país donde circulan casi 400 millones de ellas. El Congreso aprobó recientemente una ley para regularlas.
Cuando se produjo la matanza del 4 de julio, el país todavía se estaba recuperando de la conmoción provocada por otros tiroteos recientes, uno de ellos en un colegio de Uvalde, en Texas, que mató a 21 personas, incluidos 19 niños, el 24 de mayo.
Según la página web Gun Violence Archive, más de 22.400 personas han muerto por armas de fuego en lo que va de año, incluyendo los suicidios.