Por AFP y Redacción El País
Él va por la reelección y ella por la revancha. El presidente y empresario Daniel Noboa y la abogada Luisa González volverán a medirse en las urnas este domingo para definir quién gobernará a Ecuador por los próximos cuatro años.
En el poder desde 2023, y arropado por su bandera de mano de hierro contra el narcotráfico, Noboa es uno de los favoritos tras un corto y “extraordinario” mandato de 18 meses.
Según encuestas, también sobresale González, quien por segunda ocasión enfrentará a Noboa con el fin de recuperar el poder para la izquierda ecuatoriana, apadrinada por el expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017).
Con Noboa y González al frente de la preferencia de voto (hay 16 candidatos en total), pero sin suficiente margen para ganar en primera vuelta, podría reeditarse el balotaje de octubre de 2023, cuando el joven empresario recibió el 52 % de apoyos.
Para vencer en una sola ronda se debe obtener el 40 % de los sufragios y una diferencia de al menos diez puntos sobre el rival más cercano.
Ecuador, otrora faro de paz en una región conflictiva, está envuelto en una sangrienta guerra territorial entre narcos y mafias internacionales rivales.
En 2023, el entonces presidente disolvió el Congreso para evitar ser destituido en un juicio político por corrupción y dio paso a elecciones anticipadas. “Nosotros no somos una promesa. Nosotros somos una realidad”, insistió Noboa.
Pero otra cosa piensan los ecuatorianos. “Estamos sobreviviendo, no viviendo”, dijo Jesús Chávez, un vendedor ambulante de Quito, que resume el descontento generalizado por la violencia y una anémica recuperación económica tras la pandemia.
Una letanía de bandas compiten por el control de las rutas de tráfico de drogas, muy lucrativas, y el enlace entre los cultivos de hoja de coca de Colombia y Perú con los clubes nocturnos en Europa y Estados Unidos. Gran parte de la cocaína sale de los puertos del Pacífico de Ecuador.
La tasa de homicidios del país creció de 6 por cada 100.000 habitantes en 2018 a 38 en 2024, pasando por el récord de 47 en 2023. Eso ahuyentó a los turistas extranjeros y derivó en la migración de decenas de miles de ecuatorianos.
“Hay muertes crueles, asesinatos, crímenes, es una realidad diaria”, dijo Chávez, quien ha sido asaltado varias veces en el corazón colonial de Quito.
Casi 14 de los 18 millones de ecuatorianos ejercerán el voto obligatorio en las elecciones generales de mañana.
¿Quién es quien?
Deportista, millonario, popular y muy activo en redes sociales, Daniel Noboa termina su mandato como uno de los presidentes más jóvenes del mundo con 37 años.
Fue elegido para completar el período de Guillermo Lasso (hasta mayo), quien disolvió el Congreso y dio paso a elecciones anticipadas. Amasó apoyos con una ofensiva contra el narco que incluyó militarización, el inicio de la construcción de cárceles y exhibición de presos semidesnudos, lo que le ha valido comparaciones con su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele.
También ha sido criticado por organismos de derechos humanos por abusos de la fuerza pública durante los prolongados estados de excepción. Según Noboa, la mano dura dio frutos y se atribuye haber disminuido la tasa de homicidios del récord de 47 por cada 100.000 habitantes en 2023 a 38 en 2024.
Por otro lado está Luisa González es ciclista, maratonista y amante de los tatuajes, quien vuelve a correr por la presidencia bajo la sombra de Rafael Correa.
Desde que el gobierno de Ecuador no es socialista “nos sembraron odio, división y polarización porque divididos nos podían dominar y tenernos como hoy: deprimidos, sin nuestros derechos”, dijo la candidata.
La abogada evangélica de 47 años encara preguntas sobre el peso que en su gobierno tendría Correa, condenado en ausencia a 8 años de cárcel por corrupción. “Yo soy la candidata (...) Quien gobernará será Luisa González”, declaró tajante.
“Vamos a revivir a Ecuador”, repite como un mantra en sus mitines, pero sus detractores acusan al gobierno de Correa de haber mantenido alianzas con las mafias que sumen a Ecuador en una violencia sin precedentes.
Desinformación
La desinformación aterrizó en la campaña presidencial de Ecuador con un inusitado ingrediente: el uso cada vez más sofisticado de la inteligencia artificial (IA), capaz de suplantar candidatos de manera casi imperceptible para enlodarlos.
La numerosa circulación de videos alterados y su increíble realismo son producto de una estrategia refinada, costosa y extraordinaria si se la compara con otros países de la región, coinciden expertos.
“La IA juega un rol importante por su calidad, que en muchos casos es bastante realista”, advirtió a la AFP Marco Benalcázar, quien dirige el Laboratorio de Investigación en Inteligencia y Visión Artificial “Alan Turing! de la Escuela Politécnica Nacional de Quito.
Esta tecnología permite clonar la voz de una persona y sincronizar el movimiento de sus labios, un tipo de manipulación conocida como “deep fake”. El proceso podría tomar solo una hora, dice el docente, pero depende de la complejidad del montaje.
“Este tipo de contenidos muy bien hechos requieren pensar en una estrategia, ¿a qué político voy a seleccionar para manipular su voz?, ¿sobre qué temática? Esos asuntos no son aleatorios, sino que están bien pensados”, comentó Carlos Rodríguez Pérez, profesor de la facultad de Comunicación de la Universidad de La Sabana, en Colombia.
Según el experto, los contenidos apuntan a “deslegitimar al contrario”, por ejemplo, vinculando a los candidatos con la criminalidad o con propuestas controversiales, como el caso de un video manipulado en el que Luisa González sugiere que el Estado financie “transiciones de género” en niños.