Estados Unidos anunció el martes que flexibilizará de manera limitada algunas sanciones contra Venezuela, entre ellas una vinculada a la petrolera Chevron, con el fin de promover el diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición apoyada por Washington.

Esta decisión está "vinculada a un acuerdo entre ambas partes para reanudar las negociaciones" en Ciudad de México para encontrar una solución a la crisis política venezolana, "que deberían anunciar muy pronto", dijo a periodistas un alto funcionario estadounidense.

Precisó que la administración de Joe Biden había tomado estas medidas "a pedido del gobierno interino" venezolano encabezado por el opositor Juan Guaidó, que Estados Unidos considera presidente legítimo de Venezuela luego de que Maduro asumiera un segundo mandato en 2019 tras cuestionados comicios.

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El alto responsable dijo que este "alivio de sanciones" a Venezuela se refiere sobre todo a una "licencia limitada" otorgada al grupo petrolero estadounidense Chevron en el contexto del embargo al crudo venezolano, impuesto por Washington a Caracas en 2019 con la esperanza de sacar del poder a Maduro.

La exención "autoriza a Chevron a negociar los términos de las posibles actividades futuras en Venezuela" pero "no permite cerrar ningún nuevo acuerdo con (la petrolera estatal venezolana) PDVSA", explicó.

El Tesoro estadounidense tiene previsto revelar "otra medida" más adelante, añadió.

Y enfatizó: "Ninguno de estos alivios de presión conduciría a un aumento de ingresos para el régimen".

El gobierno de Maduro, reelegido hasta 2025 en comicios denunciados como fraudulentos por varios países, y la Plataforma Unitaria de Venezuela, que agrupa a la oposición, iniciaron a mediados de agosto conversaciones en Ciudad de México para poner fin a la aguda crisis política y económica del país.

Pero Maduro suspendió las pláticas en octubre en rechazo a la extradición a Estados Unidos del empresario Alex Saab, acusado de ser su testaferro.

Esta flexibilización de la política estadounidense hacia Venezuela se conoce al día siguiente del levantamiento de ciertas restricciones de Washington con relación a Cuba, dos países que, al igual que Nicaragua, Estados Unidos considera dictaduras.

También se anuncia cuando faltan tres semanas para la IX Cumbre de las Américas organizada por el gobierno de Biden en junio en Los Ángeles y que México y otros países de la región amenazan con boicotear si hay países excluidos.