La mayoría demócrata en la Cámara Baja de EE.UU. aprobó este martes una resolución con la que busca anular la polémica emergencia nacional decretada por el presidente, Donald Trump, para financiar el muro con México.

La iniciativa quedó aprobada con 245 votos a favor y 182 en contra.

Trece congresistas republicanos desobedecieron las órdenes de Trump y votaron a favor de la medida demócrata.

El número de republicanos díscolos, sin embargo, quedó muy lejos de los que se necesitarían tras un hipotético veto de la medida por parte de Trump para volver a aprobar el texto, lo que requiere el apoyo de dos tercios de la cámara (290 congresistas).

El texto pasa ahora a un Senado con mayoría republicana en el que su aprobación será más difícil: al menos cuatro legisladores conservadores deberían alinearse con los demócratas para dar luz verde a la resolución y presentársela a Trump.

En ese hipotético caso, el presidente todavía tendría la opción de vetar la medida dándola prácticamente por muerta, por lo que su aprobación hoy en la Cámara Baja es más una declaración de intenciones demócrata que una opción real de bloqueo.

"Espero que nuestros maravillosos senadores republicanos no opten por el camino de una seguridad fronteriza débil e ineficaz. Sin fronteras fuertes, no tenemos país, y los votantes nos apoyan en esto", dijo este lunes Trump a través de Twitter.

"Sean fuertes e inteligentes, ¡no caigan en la trampa demócrata de fronteras abiertas y crimen!", agregó.

Según el digital Político, al menos diez senadores republicanos se mostraron escépticos con la emergencia nacional de Trump en una reunión hoy con el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, que les trató de convencer de oponerse a la resolución demócrata.

En el debate de hoy en el Congreso, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, advirtió que sus congresistas no darán "a ningún presidente, demócrata o republicano, un cheque en blanco para destruir la Constitución de Estados Unidos".

Por su parte, el líder de la minoría republicana, Kevin McCarthy, defendió que el presidente goza de autoridad para ello. "Hay una emergencia nacional en la frontera sur que los demócratas declararán hoy que no existe", dijo McCarthy.

Trump decretó el pasado 15 de febrero el estado de emergencia nacional en EE.UU. por una supuesta "invasión" de drogas y criminales en la frontera con México después de que el Congreso le negase sus pretensiones presupuestarias para la construcción del muro.

Bajo la emergencia nacional, Trump puede desviar los fondos de otras partidas presupuestarias ya autorizadas por el Congreso y dedicarlos a la promesa que le llevó a la Casa Blanca.

Las partidas ya aprobadas que la Casa Blanca pretende desviar son del Pentágono y del Departamento del Tesoro y alcanzan los 6.600 millones de dólares.

Sumados a los 1.375 millones de dólares que el Congreso sí aprobó para el muro, Trump aspira a destinar cerca de 8.000 millones de dólares para la construcción de 376 kilómetros (234 millas) de muro en la extensa frontera sur.

Paralela a la batalla en el Legislativo, los demócratas también han interpuesto una demanda ante la Justicia de EE.UU. para suspender el desvío de fondos con el argumento de que supone un "desvío ilegal" de fondos del Congreso para algo que, a su entender, no representa una emergencia real.

El asunto podría llegar de aquí unos meses al Tribunal Supremo, donde hay una mayoría de jueces conservadores, dos de ellos nombrados por Trump.

Hay 58 precedentes de declaraciones de emergencia en EE.UU., la mayoría por problemas internacionales y destinadas a justificar la imposición de sanciones a países o individuos, aunque también las hubo para asuntos nacionales.

El expresidente Barack Obama lo hizo durante la epidemia de gripe A en 2009, igual que George W. Bush tras el huracán Katrina en 2005.