Con el ataque estadounidense que mató al temido y poderoso general iraní Qasem Soleimani, el presidente Donald Trump se jugó una carta muy complicada frente a su futuro político.

Esa jugada podría enredar su reelección, aunque para algunos analistas ese acto sería una cortina de humo para restarle fuerza al juicio político que le inició la Cámara de Representantes por haber conspirado con Ucrania para obtener información comprometedora sobre el demócrata Joe Biden, uno de sus rivales por la Casa Blanca.

Por otro lado, mientras un gran sector de los estadounidenses no quiere una guerra con Irán, hay quienes desde el lado republicano justifican el bombardeo con el dron que eliminó a Soleimani, considerado un personaje peligroso para Washington.

Así las cosas, el ambiente político podría estar más enrarecido en las próximas semanas si el conflicto con Teherán sigue escalando.

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Para el analista político internacional de la Universidad Icesi Vladimir Rouvinsky, si Trump quiere mantener su popularidad, debe apartarse de más acciones bélicas, ya que su aceptación entre la gente y los electores no es ahora la mejor.

“Creo que los ánimos se calmarán en los próximos dos o tres meses, en especial porque los estadounidenses consideran que otra guerra en el Medio Oriente, como las de Afganistán e Irak, será muy costosa en gastos militares y vidas humanas”, anotó.

Rouvinsky recalca que este es uno de los factores que debe tener presente el Mandatario de Estados Unidos si quiere buscar un segundo mandato, “pues las últimas encuestas no le favorecen”.

De allí que esta teoría es la que ahora utilizan los demócratas para ganar más réditos en los próximos comicios, frente a las criticadas actuaciones del Presidente que aspira a la reelección.

En eso coincide el politólogo y profesor de la Universidad Javeriana Gustavo Morales, quien recalca que “está demostrado que esas guerras no han sido ganables para Estados Unidos en materia de paz, a pesar de su gigantesco poderío militar”.

Y anota: “Si Trump insiste en Irán y vienen represalias de ese país, lo más seguro es que eso se reflejaría en una mayor caída de su popularidad, además de que los demócratas han buscado ‘republicanizar’ esos ataques como un tema de partido”.

Lo que viene

Todos estos acontecimientos podrían cambiar la dinámica de la carrera electoral presidencial, al abrir un carril para que los demócratas se postulen como candidatos opuestos a la guerra, una posición que ayudó, por ejemplo, a Barack Obama a ser elegido.

Bajo todo ese contexto, el futuro de Trump se enredaría, aunque para otros especialistas él está seguro de que en el campo doméstico saldrá airoso del juicio político en las siguientes semanas, cuando pase al Senado, donde los republicanos tienen las mayorías.

Frente a las decisiones del Jefe del Estado, el exvicepresidente Biden afirmó hace poco que “acaba de lanzar un cartucho de dinamita en un barril de pólvora”, en alusión a lo que podría venir en un futuro inmediato si Irán adopta retaliaciones.

Según Morales, “la tesis de Trump de poner como tema de campaña electoral la guerra externa, las armas atómicas y el terrorismo es débil, ya que es una forma de distraer la atención sobre los problemas de su país. Y entre más se enrede el asunto, las tesis de los demócratas van a ganar más fuerza”.

Asfixia económica

Los analistas estiman que las sanciones económicas contra Irán para quitarle ingresos que pueden ser usados para financiar su programa nuclear podrían ser un freno a las futuras represalias de ese país contra Occidente y Washington.

Sin embargo, esa asfixia podría durar poco, ya que el régimen islámico, como otras naciones de la región, posee millonarios recursos cuyo monto es un misterio.

Muchos de esos dineros han sido utilizados para financiar redes de terrorismo y el contrabando de armas que se mueve en todo el Medio Oriente, Asia y África.

Desde diferentes sectores le han pedido a Trump un plan para mantener a salvo las tropas de EE. UU., lo mismo que el personal diplomático en Asia y Europa.