El Telescope Array detectó el segundo rayo cósmico de mayor energía de la historia, al que los científicos le dieron el nombre de Amaterasu. Este descubrimiento ‘revolcó' al mundo.
Según informó el periodista científico, Enrique Coperías, “la recién bautizada partícula Amaterasu profundiza en el misterio del origen, la propagación y la física de partículas de los raros rayos cósmicos de energía ultraelevada”. Solo es superada por la partícula Oh-My-God –un rayo cósmico de energía ultraalta detectado en el año 1991.
La particularidad de este rayo cósmico, detectado este 2023, es que los científicos y expertos no saben “de dónde vino ni qué es exactamente”.
El sitio web de la revista Science entregó detalles del hallazgo del rayo cósmico. A diferencia de ‘Oh-My-God’, detectado en 1991, ’Amaterasu’ ha despertado la curiosidad de los científicos, pues, es tan misterioso como la propia diosa del Sol en la mitología japonesa.
Y aunque aún no se ha podido establecer su origen, el profesor de la escuela de graduados en Ciencias y el instituto Nambu Yoichiro de Física Teórica y Experimental de la universidad Metropolitana de Osaka, Toshihiro Fujii, entregó una versión en la que se refirió al rayo cósmico ‘Amaterasu’.
“No se ha identificado ningún objeto astronómico prometedor que coincida con la dirección desde la que llegó el rayo cósmico, lo que sugiere posibilidades de fenómenos astronómicos desconocidos y orígenes físicos novedosos más allá del modelo estándar”, puntualizó Fujii.
Vale la pena explicar que las partículas ‘Oh-My-God’ y ‘Amaterasu’ se detectaron utilizando diferentes técnicas de observación, lo que confirmó que este misterioso fenómeno de energía ultraalta sí es real.
Alrededor de este nuevo hallazgo, también, han salido varias versiones en las que se ha indicado que el rayo cósmico impactó a la Tierra desde otra galaxia. Pese a ello, los científicos y expertos continuarán uniendo esfuerzos para saber exactamente de dónde habría llegado, por lo que recolectarán más datos y más información.