Hoy, lunes 22 de julio, México ha experimentado una serie de temblores que han sido registrados por el Servicio Sismológico Nacional (SSN). Los movimientos telúricos han causado preocupación en diversas regiones del país, recordando la constante actividad sísmica que caracteriza al territorio mexicano. En este artículo, se detalla la información sobre los sismos recientes, sus epicentros y magnitudes, así como las razones detrás de esta actividad y las zonas más afectadas.
¿Por qué está temblando tanto?
La actividad sísmica en México es una consecuencia directa de su ubicación geográfica. El país se encuentra en el borde de varias placas tectónicas, incluyendo la Placa de Cocos, la Placa del Pacífico, y la Placa de Norteamérica. La interacción entre estas placas genera una gran cantidad de energía que se libera en forma de sismos.
Además, la subducción de la Placa de Cocos debajo de la Placa de Norteamérica es una de las principales causas de los temblores en el país. Este proceso crea tensiones y fracturas en la corteza terrestre, lo que resulta en frecuentes movimientos sísmicos. Las zonas costeras del Pacífico, particularmente en estados como Oaxaca, Guerrero y Chiapas, son especialmente vulnerables debido a esta dinámica tectónica.
Sismos recientes en México
En las primeras horas del día, se registraron varios sismos en distintas partes del país. A continuación, se presenta la información más relevante proporcionada por el Servicio Sismológico Nacional (SSN):
03:41 am - 89 km al Suroeste de Arriaga, Chiapas
- Magnitud: 4.2
- Epicentro: 89 km al Suroeste de Arriaga, Chiapas
- Localización: Latitud 15.69°, Longitud -94.52°
- Profundidad: 16.1 km
¿Cuáles son las zonas más afectadas en México por los sismos?
México tiene varias regiones altamente vulnerables a los sismos. Los estados de Oaxaca, Guerrero y Chiapas, situados en la costa del Pacífico, son los más afectados debido a su proximidad al punto de convergencia de las placas tectónicas. En estos estados, los temblores son comunes y a menudo de alta magnitud, lo que puede resultar en daños significativos y riesgos para la población.
La Ciudad de México también es una zona de alta vulnerabilidad. Aunque no se encuentra directamente sobre las zonas de subducción, su particular geología, con suelos blandos y lacustres, amplifica las ondas sísmicas, haciendo que los temblores se sientan con mayor intensidad. Esto ha sido evidente en sismos históricos como el de 1985 y el de 2017, que causaron graves daños y numerosas pérdidas humanas.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.