Varios colectivos ambientalistas han convocado en Ecuador a unas protestas para exigir al Gobierno de Brasil que detenga la expansión de los voraces incendios en la Amazonía que, según información de varias ONG, han alcanzado niveles históricos.
Auspiciados por el colectivo español "Extinction Rebellion", grupos ambientalistas ecuatorianos han convocado para el próximo viernes a un "plantón" en los exteriores de la Embajada de Brasil en Quito, para exigir al Gobierno de Brasilia, y a otros de la región, la aplicación de "medidas urgentes" para controlar y evitar los incendios.
"La Amazonía está en llamas y exigimos a los gobiernos que tomen medidas urgentes", señala el mensaje en las redes sociales que ha circulado en Ecuador y que se difunde con el nombre de #EmergenciaClimática.
También se convoca a una acción similar para el lunes próximo en los exteriores del consulado de Brasil en la ciudad costera de Guayaquil, en el suroeste de Ecuador, una de las urbes ecuatorianas más pobladas.
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Para el activista Beno Bonilla, del grupo ambientalista Yasunidos, la situación en la Amazonía es dramática y representa una seria amenaza para la humanidad.
Bonilla dijo que este fenómeno tiene su explicación en la práctica histórica de quemar grandes bosques para expandir las fronteras agrícolas, una actividad que en el pasado ya ha mostrado sus efectos negativos en zonas sensibles como la Amazonía.
Además, "Brasil es uno de los principales productores de caña de azúcar y soja transgénica del mundo" y requiere de esa expansión de la frontera agrícola para aumentar su capacidad industrial, añadió el activista.
Por ello, aseguró que los incendios en la Amazonía tiene un origen antrópico o generado por el hombre, añadió Bonilla quien estima que este fenómeno se ha visto impulsado por culpa del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien ha flexibilizado los controles a este tipo de prácticas.
Hay un "descontrol absoluto" en la foresta brasileña con un "efecto muy grave", por lo que la humanidad debe reaccionar, añadió el activista que también representa al colectivo Pachamama (Madre Tierra, en quichua).
"Los países que forman parte de la Cuenca Amazónica somos los responsables de cuidar" esta región, añadió en referencia a los gobiernos de Brasil, Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Guyana y Surinam.
La Amazonía se debe cuidar "porque no sólo es el pulmón del mundo, por la captura de carbono y producción de oxígeno, sino su corazón, porque genera las nubes que recorren todo el planeta", apostilló.
Además, recordó que "Brasil firmó el Acuerdo de París y se comprometió a proteger la Amazonía" y, como consecuencia, debería actuar para remediar la devastación generada por los incendios.
Y es que este tipo de fenómenos "mañana puede pasar en Ecuador, luego en Bolivia y se afecta no sólo la biodiversidad, sino a pueblos indígenas que se asientan en la selva amazónica", insistió.
Asimismo, Bonilla rechazó que el presidente Bolsonaro haya trasladado la responsabilidad de los incendios a grupos ambientalistas, algo que para el activista es "absolutamente distorsionado".
"El mundo se enfrenta a una catástrofe climática" y es necesario empezar a construir "sociedades post-extractivistas", que dejen bajo tierra los recursos minerales, concluyó.
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