En Kentucky, donde devastadoras inundaciones dejaron al menos 37 muertos, el presidente Joe Biden prometió reconstruir la vidas de los damnificados, un mensaje de optimismo que espera transmitir a un Estados Unidos dividido cuando faltan tres meses para cruciales elecciones de mitad de mandato.
El lunes en la localidad rural de Lost Creek el convoy presidencial transitó por calles asoladas por las torrenciales lluvias registradas en la zona a finales de julio, con árboles derribados y pedazos de casas esparcidos por todas partes.
Pero después de visitar a las víctimas, el demócrata de 79 años dijo que el desastre natural era una oportunidad para fortalecer los lazos sociales.
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"Todos tienen la obligación de ayudar", dijo Biden, y aseguró que el gobierno federal, el estatal, el del condado y el de la ciudad, se quedarán en el lugar "hasta que todos regresen a donde estaban".
"Hablo en serio", agregó el presidente, quien promueve la unidad mientras la división entre demócratas y republicanos es tal que apenas pueden hablarse.
Pero Biden cree en su estrella de la suerte.
Hasta hace unas semanas, se le consideraba incapaz de cumplir sus promesas. Hoy celebra una serie de éxitos, incluida la probable aprobación del mayor proyecto de ley sobre cambio climático en la historia de Estados Unidos, y una operación de inteligencia extraordinaria que culminó en la asesinato del último alto líder de Al Qaida involucrado en el 11 de septiembre.
Y después de pasar casi dos semanas aislado tras contagiarse de covid y con las elecciones intermedias de noviembre acercándose rápidamente, el presidente tiene la intención de trabajar duro.
"Un problema estadounidense"
En Lost Creek, Biden hizo una cosa por la que siempre se ha destacado: consoló a los afligidos. El hombre con una larga historia de tragedias personales abrazó a los adultos y bromeó con los niños.
Luego, en un discurso pronunciado bajo un calor abrasador, con el sudor empapando su camisa celeste, Biden pronunció su discurso ensalzando la unidad.
"Esto sucedió en Estados Unidos, es un problema estadounidense", le dijo a los abatidos residentes.
"No quiero que nadie en Kentucky me diga: 'No tiene que hacer esto por mí'", dijo. "Sí, sí, tenemos que hacerlo". Los estadounidenses "nunca nos rendimos, nunca nos inclinamos, nunca nos doblegamos. Simplemente avanzamos", insistió.
Fue con ese mensaje de unidad centrista que Biden fue elegido para reemplazar al republicano Donald Trump al cabo de un primer mandato. Y es con este mismo mensaje que espera juntar votos para las elecciones de noviembre y tal vez mantener el Congreso en manos demócratas.
El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, un demócrata en un estado que votó abrumadoramente por Trump en 2020, se hizo eco del discurso de Biden.
La tragedia que azotó a la región, dijo, hizo que las personas "se apoyaran unos a otros en un momento difícil", sin distinción entre "demócratas y republicanos".
El veterano legislador republicano de Kentucky, Hal Rogers, quien también asistió a la visita a la zona del desastre, elogió calurosamente a Biden y lo calificó como alguien que "hace lo que puede para aliviar el dolor".
Pero, ¿el resto de Estados Unidos está escuchando al presidente, cuyos índices de aprobación se mantienen estancados por debajo del 40%?
"El hecho es que hemos estado divididos durante mucho tiempo", dijo Biden cuando la AFP le preguntó por qué su mensaje no parecía calar en la gruesa capa de escepticismo entre sus oponentes.
Luego, el eterno optimista aseguró: "Creo que se van a ver muchos cambios".