En la ciudad milenaria de Antakya, conocida también como Antioquía y ubicada en el sur de Turquía, catorce siglos de historia fueron arrasados por el sismo que dejó más de 35.000 muertos en ese país y la vecina Siria.
La aguja de la cúpula de Habib-i Neccar, la mezquita más antigua de Turquía, yace ahora en el suelo, encima de los cascotes que recubren la sala de oración.
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Habib-i Neccar fue construida en 638 y era "considerada como la primera mezquita construida dentro de las fronteras de la actual Turquía", según el gobierno turco.
Solo aguantaron los muros exteriores. Las caligrafías ya no adornan las paredes y gran parte de la pintura, amarilla, roja y azul, ha desaparecido.
"En una caja estaba resguardada un poco de barba del profeta Mahoma", pero el objeto ya no está, dice preocupada Havva Pamukcu, una mujer de unos 50 años.
A unos cien metros, la iglesia ortodoxa griega fundada en el siglo XIV -- y reconstruida en 1870 tras un anterior terremoto -- sufrió aún más.
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La cruz blanca que dominaba el techo del edificio cayó en medio de un caos de piedras y tablas de madera.
"Todos los muros cayeron. Estamos desesperados", lamenta Sertac Paul Bozkurt, miembro del consejo que administra este lugar de culto.