Este destacado filólogo egipcio y catedrático, habla de lo que representan hoy los extremistas para el mundo musulmán y de su preocupación por la forma como crece, con cierta razón, el antiislamismo en el mundo.

El filólogo egipcio Alí Ibrahim Menufi se ha convertido durante años en referente de gobierno y medios de comunicación en Occidente para tratar de entender e interpretar lo que ocurre en el mundo islámico.Buena parte de su vida ha estado ligada a España, de donde ha tomado algunos referentes para promover el progresismo y las libertades en el férreo mundo musulmán, al que más allá del respeto que le profesa, no duda un segundo en criticar por las interpretaciones “erradas” que algunas corrientes extremistas han venido haciendo del Corán.Lecturas que han llevado, según él, no solo a hechos reprochables como los cometidos esta semana contra el semanario francés Charlie Hebdo, donde fueron masacradas doce personas, sino actos terroristas como el del World Trade Center, en Nueva York, y otros ataques en Oriente.Menufi, condecorado en el 2014 por el rey Felipe de España por la defensa de sus causas y conocido por las traducciones que ha hecho al árabe de los libros de Gabriel García Márquez y de Julio Cortázar, entre otros, habló telefónicamente desde su hogar en la capital egipcia sobre la preocupación que siente por la llamada ‘islamofobia’ que los radicales han despertado en occidente contra los musulmanes y de la necesidad que tienen de reinterpretar el Islam y su libro sagrado.¿Qué tanto daño le hace al mundo musulmán el ataque perpetrado por radicales islámicos contra el semanario francés Charlie Hebdo?Sin duda nos va a afectar de sobremanera en todas parte del mundo y va a empeorar la imagen del musulmán y la imagen del Islam, que está de por sí muy deteriorada de tiempo atrás. ¿Terminan siendo ustedes mismos víctimas de este tipo de actos?Desde luego porque está creciendo la islamofobia y hasta cierto punto con razón porque hay tendencias extremistas en el mundo islámico; sobre todo en la franja de oriente medio como Somalia, Iraq, Siria y otros países como Sudán, Yemen y Libia, etcétera; y este tipo de extremismo no se limita exclusivamente a hacer una manifestación antioccidental y antilibertades, sino que es un extremismo que tiende a ser enemigo de la vida. ¿El Corán justifica el terrorismo y los asesinatos en nombre de la religión?Primero, se debe tener un marco histórico para interpretar estas ideas que figuran en el Corán, hay que tener una visión integral del propio Corán y tener en cuenta las razones en este tipo de segmentos que hablan de una situación determinada en un momento determinado, pero bajo ningún concepto el Islam como creencia invita a esa violencia. Es una religión que no acepta cierto tipo de cosas, pero en realidad es un campo bastante abierto el cual permite, de una u otra forma, las interpretaciones extremistas, pero también otras generosas y pacifistas.¿Por qué se ha confundido la religión entonces con el terrorismo?Hay una confusión tremenda hoy en día aunque en parte hay una especie de terrorismo de estirpe religioso porque también al agredir o el ir contra la sensibilidad religiosa o contra una u otra religión tiene unos efectos. El problema es que en oriente hay un concepto que es el de la fe y el concepto de la solución, pero el de la fe tiene más peso que el de la razón; es decir, en Europa la separación del poder eclesiástico y el poder político han sido determinantes a la hora de buscar más márgenes de libertad para los seres humanos, pero en Oriente estamos todavía anclados en el Siglo XII.¿Cuál es el mensaje que promueve el Corán en los fieles musulmanes?Muchos han pasado, a raíz del comportamiento anómalo de algunos musulmanes extremistas, a atacar el propio concepto o fundamento religioso que tiene el musulmán y que es el Corán. Realmente el Corán como libro sagrado requiere o necesita un nuevo enfoque o una nueva visión integradora. No es cuestión de sacar una especie de ‘yihad’ (guerra santa) o de lucha contra el enemigo o contra el infiel, etc. No es esa la cuestión sino que hay que tomarlo en su forma completa y en su referencia más modesta. ¿Se sienten hoy los musulmanes como el enemigo público del mundo?Esa es una situación que se viene presentando desde la caída del bloque de los países del Este; se hablaba antes de un peligro rojo y con la mentalidad occidental de buscar un enemigo se viene hablando entonces de una especie de peligro verde, que es el peligro islámico. Pero realmente el Islam no es ningún peligro porque al fin y al cabo islamismo, judaísmo y cristianismo son tres religiones autóctonas propias en la zona y existe esa rivalidad desde hace tiempo, pero también en el fondo hay otros problemas de índole político y de derechos de colonización a partir de la primera y segunda guerra mundial y problemas que han conllevado a una situación bastante inestable. Por tanto, el que es el enemigo público no es el islam sino el extremismo, y esa es una diferenciación que deben saber hacer las naciones europeas a la hora de luchar contra el terrorismo.¿Y quién promueve ese radicalismo o quien se beneficia de él?Los mismos sectores que rechazan ese radicalismo. Apareció, por ejemplo, una novela popular francesa que tiene como título ‘La sumisión’ y que habla del terrorismo musulmán y de Francia; y que tenía una especie de alerta y de provocación a actos terroristas como el cometido en París esta semana por esos tres radicales. Pero son cosas que no solo tienen fines religiosos sino también fines políticos porque buscan someter la actitud de Francia frente a los diferentes conflictos que hay en oriente medio y sobre todo en el sur de Libia, donde están los representantes del llamado Estado Islámico.¿Cuál es el principal temor de los musulmanes frente a esta situación?Esto va a afectar a las comunidades musulmanes en diferentes partes del mundo donde los países seguramente se pondrán a la defensiva. Claro, en los países donde hay libertad social, libertad de expresión y de culto garantizada por la legislación establecida, el musulmán no tiene miedo porque el peso de la ley se aplica a todos y con eso se siente prácticamente a salvo; pero el musulmán empieza a ser visto como sospechoso y eso va a empeorar la calidad de vida que tenemos en diferentes partes del mundo. ¿Cómo se puede luchar contra ese rechazo mundial hacia el islamismo?El cambio debe empezar por nosotros mismos y por cambiar de fórmula. Lo primero que debemos lograr es la convivencia en nuestra propia casa para luego buscarla por fuera. Pero si no lo conseguimos estaremos prácticamente perdidos los musulmanes. Desde nuestros propios países debemos luchar a través de la educación, luchar mediante meditaciones, revisar nuestra cultura y nuestros conceptos sobre el Islam sobre todo en las corrientes más extremistas. No se trata de callar o de limitar las libertades a los musulmanes; es cuestión de enfrentar la situación, debemos dejar de introducir el prejuicio religioso en el mundo de la política.¿Los musulmanes están dispuestos a luchar contra el extremismo?Se debe luchar en contra de ese extremismo tanto por parte de los musulmanes, mucho más federales y que son una mayoría absoluta, y también por parte de los países occidentales; se debe cuidar la cuenca del Mediterráneo y esa región debe ser atendida de manera muy dialogante, en el sentido de invertir económicamente y crear una especie de frontera cultivada, donde se invierta en formación y educación universitaria; difundir también una nueva imagen e intentar buscar soluciones al problema de los palestinos; pero lo que digo no justifica para nada los actos vandálicos y terroristas cometidos en diferentes parte del mundo, sobre todo en Europa occidental, en Estados Unidos y en el propio mundo musulmán. ¿Qué significa para el mundo musulmán el ‘Estado Islámico’?Es una organización que goza del rechazo de la mayor parte de los musulmanes; tanto en Egipto como en otros países, incluso en Siria e Iraq. Pero los intereses creados, tanto internos como regionales e internacionales, favorecen la existencia de este tipo de grupos que han sido criado para desangrar lo poco que queda del poder económico de la mayor parte de países del golfo Arábigo.¿Los musulmanes han condenado las decapitaciones de inocentes?Ha habido un rechazo total, pero también hay que escuchar a quienes hablan de que en la Franja de Gaza han muerto en 50 días más de dos mil personas bombardeadas por el Estado de Israel; frente a eso Occidente no ha hecho caso. Se dice que miles de iraquís mueren cada días por bombas y tampoco se ha prestado atención.