Miles de personas se reunieron a lo largo de las carreteras en el área metropolitana de Tel Aviv, Israel, este viernes para saludar el paso del cortejo fúnebre que transportaba los restos de Tsachi Idan, un exrehén israelí que murió en Gaza, imágenes que rápidamente se viralizaron en redes sociales.
Tsachi Idan era ingeniero y fue secuestrado durante el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, en el kibutz Nahal Oz, donde vivía con su familia, justo después del asesinato de su hija Maayan Idan, de 18 años quien fue abatida ante sus ojos por combatientes del movimiento islamista palestino.
El hombre se convirtió en una persona conocida luego de que se conocieran registros de su secuestro en el se se veía junto a su familia luego del homicidio de su hija.
Su cuerpo fue devuelto a Israel el jueves, junto con los restos de otros tres rehenes, en el marco del acuerdo de tregua que entró en vigor el 19 de enero en el territorio palestino, después de 15 meses de guerra entre Hamás e Israel, a cambio de prisioneros palestinos.
Durante el homenaje fúnebre a Tsachi Idan en el estadio del Hapoel Tel Aviv, club de fútbol del que era un fiel seguidor, sus seres queridos le pidieron perdón por no haber podido traerlo de vuelta con vida desde la Franja de Gaza. Además, su foto fue puesta en una de las sillas de la tribuna.
“Me despido de mi hermano mayor y le pido perdón, en nombre de todos nosotros, porque regresó en un ataúd y no caminando, como se fue”, aseguró su hermana Noam Idan Ben Ezra, entre lágrimas.
Cientos de aficionados del club estuvieron presentes en las gradas, muchos de ellos llorando, ondeando banderas israelíes y las pancartas rojas del equipo.
Además, en el homenaje se proyectaron fotos de Tsachi junto a su familia en una pantalla gigante, con la inscripción “Tsachi Idan, nuestro héroe” en la parte superior.
Por su parte, Yigal Idan, su tío, también le pidió perdón y criticó a los dirigentes israelíes por “no haber sabido traerlo a tiempo”. El hombre añadió: “Siento no haber gritado lo suficientemente fuerte (...) y porque el Estado te olvidó”.
Entre los discursos, la familia y los aficionados entonaron en voz baja la Hatikvá, el himno nacional de Israel, de pie en las gradas y levantando bufandas del Hapoel.
Al final de la ceremonia el cortejo fúnebre fue acompañado por miles de personas hasta el kibutz Einat, cerca de Tel Aviv, a unos veinte kilómetros de distancia, donde fue enterrado.