Un coche bomba estalló el pasado miércoles por la noche en una zona comercial de Quito, Ecuador, sin dejar víctimas, en momentos en que el país sufre un fuerte embate de la violencia vinculada al narcotráfico.
La ola de violencia ha sido adjudicada por las autoridades a disputas de poder y liderazgo de grupos criminales, que trabajan con bandas colombianas, así como al afán de control de territorio y rutas del narcotráfico.
Cabe mencionar que en esa noche, el automóvil explotó a causa de la activación de “dos cilindros de gas con combustible, mecha lenta y aparentemente tacos de dinamita”, dijo el director de Investigaciones de la Policía, el general Pablo Ramírez, a la prensa cerca de la medianoche del mismo miércoles.
Horas después del incidente, Ramírez señaló que agentes detuvieron a varios kilómetros del sitio del estallido a seis personas, entre ellas el ciudadano colombiano, que tienen antecedentes por extorsión, robo y asesinato, que estarían involucrados con el hecho.
“Tres de ellos fueron detenidos hace 15 días por el robo de un camión y secuestros extorsivos en diferentes puntos de la ciudad y fueron liberados con medidas sustitutivas”, apuntó el jefe policial.
¿Quién es el colombiano detrás del ataque?
Según ese diario, Arenales fue condenado en 2019 por los delitos de hurto calificado y agravado, uso de menores para la comisión de delitos, tráfico o porte de armas de fuego o municiones. Además, Arenales fue condenado a cinco años y tres meses de cárcel.
Por otro lado, de acuerdo con información de El Tiempo, el pasado 5 de mayo se emitió una boleta de libertad para este hombre, pues había cumplido con su pena el 12 de mayo. Sin embargo, de acuerdo con registro del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), Arenales todavía aparece como condenado con cárcel domiciliaria.
Según la Fiscalía de Ecuador, los ecuatorianos y el colombiano ya fueron presentados a audiencia y se les impuso prisión preventiva por el delito de terrorismo.
“Amedrentar al Estado”
Aunque en Ecuador se multiplican los asesinatos, secuestros y extorsiones, los atentados con coches bomba son raros en la capital.
“Quieren amedrentar al Estado para evitar que sigamos cumpliendo con la función que tienen las fuerzas armadas y la policía en controlar estos centros penitenciarios”, aseveró Bravo.
El director de Investigación Antidrogas de la policía, el general Pablo Ramírez, dijo a la prensa que el sedán tenía “dos cilindros de gas con combustible, mecha lenta y aparentemente tacos de dinamita”. Dos ciudadanos en motocicleta “habrían lanzado líquido inflamable” contra este auto, añadió.
Las autoridades hallaron tres granadas en otro barrio y las hicieron estallar de forma controlada, precisó a su vez el alcalde Muñoz.
Elecciones bajo fuego
La violencia en el país se ha recrudecido en medio de la campaña para las presidenciales, a un mes y medio del balotaje, que se celebrará el 15 de octubre.
Ante la lucha por el poder del narcotráfico que sostienen bandas aliadas a carteles mexicanos y colombianos, el presidente Guillermo Lasso decretó el 24 de julio el estado de excepción en todo el sistema penitenciario por 60 días, lo cual le permite desplegar militares en las prisiones.
Los ataques suceden después del asesinato de un candidato presidencial pocos días antes de las últimas elecciones y de la reacción del Gobierno ante el atentado a Fernando Villavicencio de trasladar a presos a otras prisiones, entre ellos, al líder de una de las bandas de crimen organizado que operan en el país a un centro de máxima seguridad.
*Con información de AFP.