La oposición de Venezuela instaló ayer una decena de campamentos en los que se esperan las ayudas que se almacenan en Cúcuta, Norte de Santander, y que necesita el país para paliar la severa crisis humanitaria que atraviesa.

Estos campamentos, en donde se censaron a miles de personas y clasificaron y descartaron dolencias, son parte de la “punta de lanza” de la estrategia del antichavismo para atender a los más necesitados, según dijo el diputado opositor Winston Flores a la televisión en línea VPI.

“Es un trabajo esencial para que tengamos esa punta de lanza de lo que será la avalancha humanitaria el 23 de febrero, cuando será la entrada de esa ayuda humanitaria, en masa, que tanto necesitan los venezolanos”, señaló Flores desde uno de estos campamentos, en el deprimido barrio caraqueño de Macarao.

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Los primeros datos recogidos en este campamento de Caracas arrojaron que las enfermedades de la piel, diabetes, hipertensión, párkinson, osteoporosis y desnutrición -esta última en niños- son los males que más aquejan a los desposeídos en la capital venezolana.

Según Flores, en los campamentos humanitarios se emplean sin lucro cientos de médicos, psicólogos, nutricionistas y voluntarios de los partidos políticos de oposición, así como parte de los más de 600.000 voluntarios de una red que trabajará en el ingreso de las donaciones.

Con todo, señaló que este esfuerzo se quedó “corto” por la “magnitud de necesidades que hay” en Venezuela, golpeada por una recesión de cinco años y escasez generalizada.

En ese sentido, pidió a los militares permitir el ingreso de las ayudas ante las reiteradas negativas del Gobierno del presidente Nicolás Maduro a aceptarlas.

El propio Maduro dijo la semana pasada que los alimentos donados por Estados Unidos son un “regalo podrido” que tienen el “veneno de la humillación”, mientras que su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, aseveró, sin mostrar pruebas, que son “cancerígenos”.

En el estado de Zulia (oeste, fronterizo con Colombia), la legisladora opositora Nora Bracho señaló desde otro campamento que los venezolanos atraviesan “momentos muy duros”, y suplicó a los militares “que se pongan del lado de los mas necesitados” y permitan el ingreso de las ayudas.

En tanto que el presidente interino, Juan Guaidó, siguió atento la jornada y expresó sus opiniones a través de su cuenta de Twitter.

Llegada de Marco Rubio

El senador estadounidense Marco Rubio llegó ayer a Cúcuta para supervisar la ayuda humanitaria que se almacena en la frontera con Venezuela.

“Llegué a Colombia esta mañana (ayer). Hoy llegará una gran cantidad de ayuda humanitaria para Venezuela. Me reuniré con los funcionarios quienes lideran el esfuerzo de almacenar la ayuda en la frontera y prepararlo para entregarlo al pueblo sufriente de Venezuela”, informó en Twitter la oficina de prensa de Rubio.

Durante su estancia en Cúcuta, el senador republicano también tiene previsto reunirse con funcionarios del Gobierno colombiano y recorrer el puente Simón Bolívar, principal paso fronterizo entre los dos países.

Rubio viajó con el embajador de EE. UU. ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo, y el congresista republicano Mario Díaz-Balart, con quienes supervisará la ayuda humanitaria enviada por el país a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).

“Los funcionarios estadounidenses, colombianos y venezolanos están listos para brindar la asistencia humanitaria que tanto necesita el pueblo de Venezuela”, señaló Rubio, citado en un comunicado.

El sábado, tres aviones C-17 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos llegaron al aeropuerto de Cúcuta cargados con toneladas de suplementos nutricionales y kits de higiene, que se suman a la ayuda humanitaria que ese país envío hace una semana.

Cúcuta, junto a Curazao y el estado brasileño de Roraima, son los puntos de acopio de las ayudas humanitarias, a los que se sumó el pasado viernes Miami.