La excanciller colombiana pasó todos los meses de pandemia en la tarea de escribir un libro, basado en sus experiencias y conocimiento sobre relaciones exteriores, que busca aportar a la comprensión de lo que ocurre en Venezuela, de dónde viene y para dónde va el país vecino. Así habló con El País sobre el lanzamiento de ‘La Venezuela que viví’.
Esta es una historia reciente de Colombia y Venezuela, desde el punto de vista de una testigo privilegiada...
Me dije: de ninguna manera este libro debe ser una defensa de mi gestión como Canciller, tampoco voy a ser infidente con el cargo que tuve, pero hay muchas cosas que se pueden contar y que a la gente le pueden servir para saber las cosas que presenciamos y que vivimos. Pero sí, desde el punto de vista humano, por ejemplo en el tema del Proceso de Paz, hay episodios que no han sido contados: cómo es vivir cuatro años encerrados en una casa con gente que les tocó. Los funcionarios también somo humanos y pasamos por momentos duros. La gente tiene ideas erradas como que la Canciller anda feliz paseando.
Por momentos tiene, aparte de la información pura y dura, relatos de la mujer real, la Canciller que necesita subirse a un avión con el presidente y busca con angustia una ducha y un cambio de ropa en medio de una situación de importancia nacional...
Esa escena es de un viaje por primera vez con el presidente Santos, a quien yo no conocía, aparte de haberlo visto dos veces en algún almuerzo. Y él llegó a ese viaje de una semana entera con una sola maletica, para un encuentro en el que tendríamos que reunirnos con presidentes de todo el mundo, esas son diferencias curiosas entre los hombres y las mujeres.
Cómo fue su proceso al sentarse a escribir, a conectar toda la información que reposaba en su memoria. Y cómo fue trabajar con un editor como Edgar Téllez.
Cuando nació la idea de escribir un libro me centré en contar ocho años de política exterior, Edgar fue muy abierto y en nuestra primera charla me dijo: los temas centrales deben ser Venezuela y el Proceso de Paz. Yo me fui con esas ideas y en un avión me senté a leer lo que había escrito, que era básicamente información sobre política, y me di cuenta que era aburridísimo, y que a lo sumo les iba a interesar a algunos estudiantes de ciencia política y relaciones internacionales. Edgar me hizo ver que no necesitaba contar infidencias pero, si yo contaba las situaciones vistas desde adentro, iba a ser de interés para muchísimos lectores.
‘La Venezuela que viví’ acaba de ser publicado y llevado a librerías colombianas. Es un relato en primera persona sobre los intríngulis de la política y la diplomacia, en los años recientes de
la tensa relación ente Colombia y Venezuela.
Entonces Venezuela se volvió el centro del libro...
Sí, del gran libro inicial Edgar Téllez lo encaminó hacia Venezuela. Una de las cosas que le dije a él es que sorprende cómo los colombianos no entendemos Venezuela, pese a ser nuestro vecino y un país tan cercano. No entendemos de dónde vienen ni quiénes son los venezolanos. Nos empezamos a interesar por ellos con la llegada de los inmigrantes, pero más allá de eso no sabemos lo que pasa en el país de al lado, ni en ese ni en Ecuador, ni en Brasil, ni en ningún país fuera de la propia Colombia. Estamos concentrados, enclavados en nuestra problemática, pero yo creo que Venezuela tiene una historia muy interesante que todos deberíamos entender. Comencé por mi experiencia como embajadora en Venezuela para intentar compartir lo que yo entendí desde esa época.
Por dónde empezar, ya ante la página en blanco
Un amigo escritor me dijo: empieza simplemente por una escena que te haya impactado, y yo pensé en agosto de 2005 y el episodio de los expatriados, la tragedia de esas personas en ese río, esa impotencia, y creo que en últimas los colombianos no entendieron lo que pasaba allí. Salió en unas noticias, en unos noticieros, pero lo que pasó de fondo se quedó sin entender. En muchos capítulos del libro ayudó mucho que el editor preguntaba “y aquí que pasó, y cómo fue esto” en los puntos clave, y se abría para mí el panorama.
¿Se dio cuenta de que quizá para usted eran cosas obvias porque las vivió, pero que para los lectores serían cosas novedosas?
Claro, Edgar es muy bueno para hacer las preguntas claves, y cuando me decía “yo no tenía idea de esto” pues estábamos ante algo que seguramente también iba a ser útil para el lector.
Fue un ejercicio de memoria, ¿y qué otras fuentes usó?
Yo empecé a entrar en contacto con venezolanos que hace mucho, mucho tiempo, no veía, desde los tiempos de la embajada. Fui verificando datos, consulté con varios historiadores, con conocedores de la historia de Venezuela que, como todo, tienen dos versiones, pero sobre todo hablé mucho con venezolanos que fueron activos en la vida política antes de Chávez, y que vivieron a tope esos momentos previos a su ascenso.
“A la gente le aburren los ladrillos. No lo haría. Alguien me dijo: su libro es como estar sentado en la sala de su casa, con usted contando todo”.
María Ángela Holguín
¿Qué episodio considera más novedoso?
Los medios de comunicación en Venezuela jugaron un papel negativo y quería contarlo, apoyaron a Chávez y cuando quisieron frenarlo se les convirtió en el verdugo.
Para las mujeres, ¿qué dice este libro sobre nuestro rol en el poder?
Que la capacidad de conectar que tenemos las mujeres es infinitamente superior, y hace una gran diferencia, porque al final la política exterior o la paz tienen que ver con cómo conectas con los demás, incluidos esos otros que piensan tan distinto.
En los agradecimientos del libro menciona a “Sergio”
Inicialmente decía Sergio Fajardo (actual pareja de María Ángela Holguín) pero él pidió que lo dejara solo como Sergio.
Reflexiones
Sobre ser mujer en el poder y enfrentar personajes que despiertan amor y odio
- “La mujer tiene unas capacidades que no debe confundir con debilidad, sino saber aprovecharlas. Conexión, empatía, no quieren decir agradar ni agacharse”.
Sobre la autora:
- María Ángela Holguín es politóloga de la Universidad de Los Andes, con una amplia carrera en política exterior colombiana. Ha sido Embajadora y representante permanente ante las Naciones Unidas.
- Ha ocupado altos cargos en la Presidencia de la República, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Procuraduría General.
- Es especialista en Diplomacia y Estrategia del Centre d´Études Diplomatiques et Stratégiques (CEDS) de París, y tiene una especialización en Gestión Pública e Instituciones Administrativas, entre otros diversos estudios.