Después de una semana en la que la ola de violencia entre pandillas dejó cerca de 50 personas asesinadas en El Salvador, el presidente de ese país centroamericano, Nayib Bukele, tomo drásticas medidas -que para muchos atentan contra los derechos humanos- para con los presos de las cárceles del país. 

El mandatario, que ocupa dicho cargo desde junio de 2019, autorizó el uso de la "violencia letal" por parte del ejército y la policía salvadoreña, además de que ordenó la instalación de placas metálicas en siete de las prisiones de alta seguridad del país, para evitar cualquier contacto visual entre los reclusos; también ordenó un confinamiento de 24 horas en dichas prisiones, durante el cual se apilan a miembros de diferentes pandillas juntos.

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Las medidas tomadas por Bukele responden, según él mismo, a las informaciones entregadas por los servicios de inteligencia de El Salvador que afirman que la ola de asesinatos ha sido ordenada desde las cárceles.

En total, son unos 16 mil pandilleros los que están siendo sometidos a estas drásticas medidas. Las decisiones de Bukele generan críticas en todo el mundo, incluidas las del director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco.

Vivanco, en declaraciones entregadas al medio CNN, afirmó que "un país democrático no se guía según lo que diga el servicio de inteligencia, eso es propio de una dictadura".

Vivanco agregó que no consideraba que todos los prisioneros debían ser castigados. "Están pagando justos por pecadores. Todos los reclusos no pueden ser responsables por asesinar a esas personas. Además, las sanciones son muy crueles:  los mezcla unos con otros, a sabiendas que hay unas rencillas, porque pertenecen a distintas pandillas. Los une y los amontona en un espacio cerrado por tiempo indefinido".

El director de HRW dejó una contundente conclusión sobre lo que sucede en El Salvador. "El presidente quiere que se maten entre ellos o se contagien de coronavirus".

Para Vivanco, los tratos a los que son sometidos los prisioneros son crueles y degradantes y atentan contra su dignidad. "Son personas que han cometido delitos graves, pero la sanción es la privación de la libertad, no buscar que sufran o se expongan a contagios de enfermedades".