James Cameron, quien ha realizado 33 inmersiones a los restos del transatlántico Titanic, se enteró el lunes de la desaparición del sumergible. Al conocer que el Titán había perdido tanto la navegación como las comunicaciones al mismo tiempo, inmediatamente sospechó que se trataba de una tragedia.
“Sentí en lo más profundo de mi ser lo que había sucedido. El hecho de que la electrónica, el sistema de comunicación y el transpondedor de seguimiento del sumergible fallaran al mismo tiempo indicaba que no había esperanza”, comentó Cameron.
El jueves, 22 de junio, un oficial de la Marina de Estados Unidos informó a CBS que se había detectado “una anomalía acústica consistente con una implosión” poco después de que el Titán perdiera contacto con la superficie. Esta información fue transmitida al equipo de guardacostas de EE. UU., lo que llevó a reducir el área de búsqueda.
Cameron consideró que toda la información que surgió en los últimos días fue una “farsa prolongada y una pesadilla” en la que se discutían golpes, oxígeno y otros detalles.
Él sabía que el submarino estaba exactamente debajo de su última ubicación conocida y profundidad. Y así fue como finalmente lo encontraron una vez que se desplegó un vehículo submarino teledirigido.
El cineasta también señaló la ironía de la pérdida del Titán y su tripulación, comparándola con la tragedia del Titanic en 1912. Hizo hincapié en que se basaron en los mismos principios de no prestar atención a las advertencias.
Cameron recordó que OceanGate había sido advertida, mencionando que la compañía había tenido empleados que renunciaron, aunque no especificó las razones.
Además, Cameron reveló que algunos miembros de la comunidad de sumergibles a grandes profundidades, excluyéndose a sí mismo, habían enviado una carta a OceanGate expresando su creencia de que se dirigían hacia una catástrofe.
La tragedia tuvo inicio cuando los cinco pasajeros del pequeño sumergible Titán, perteneciente a la empresa privada OceanGate Expeditions, se sumergían cada vez más en aguas profundas, teniendo en cuenta que contaban con un periodo corto de oxígeno en caso de emergencia, el cual tenía como plazo cumplido este jueves 22 de junio.
Posteriormente, las comunicaciones con Titán se perdieron, precisamente el domingo dos horas después de sumergirse hacia los restos del mítico transatlántico Titanic, a casi 4.000 metros de profundidad y a unos 600 km de la isla canadiense de Terranova, en el Atlántico Norte.
Las búsquedas continuaron, como también versiones en las redes sociales de cómo la presión pudo afectar al Titán, el cual se hallaba a aproximadamente cuatro kilómetros de profundidad.
A bordo viajaban el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation; el paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Suleman; el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet; también se encuentra Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, la compañía que opera el sumergible y que cobraba 250.000 dólares por turista.
¿Quiénes son los cinco hombres a bordo del sumergible Titán?
Hamish Harding
El empresario británico Hamish Harding, de 58 años, más allá de sus aventuras, que relata en las redes sociales, se conocen pocos detalles sobre la carrera y la fortuna del director general de la empresa de venta de jets privados Action Aviation, fundada en 2004.
Es licenciado en ciencias naturales e ingeniería química por la Universidad de Cambridge, Harding viajó al espacio hace un año a bordo del cohete New Shepard de Blue Origin en un vuelo de diez minutos que constituyó la quinta misión tripulada con éxito de la compañía propiedad de Jeff Bezos, “su mentor”, según informó la AFP. Además, tiene varias entradas en el libro Guinness de los récords.
Entre sus hazañas, en marzo de 2021 se sumergió con otro explorador, Victor Vescovo, hasta los abismos de la Fosa de las Marianas, la parte más profunda del océano conocida hasta la fecha, a bordo de un sumergible biplaza. Esta misión fue la más larga realizada a tal profundidad (4 horas y 15 minutos) con la mayor distancia recorrida (4.600 metros).
Paul-Henry Nargeolet
El francés Paul-Henri Nargeolet, de 77 años, es especialista en buceo y arqueólogo marítimo. Explorador de los fondos marinos, pasó la primera parte de su carrera como oficial de la marina. Dirigió el grupo de buceadores de eliminación de minas de Cherburgo (noroeste de Francia), antes de convertirse en piloto de submarinos de la Armada francesa.
En 1986 fue nombrado jefe de submarinos de intervención en aguas profundas del Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (Ifremer). Un año antes, un equipo dirigido por el científico estadounidense Robert Ballard, en colaboración con Ifremer, había encontrado los restos del Titanic.
Shahzada y Suleman Dawood
A bordo del sumergible se encuentran también un importante empresario paquistaní y su hijo, según informó su familia en un comunicado. Se trata de Shahzada Dawood, de 48 años, vicepresidente del conglomerado Engro, con sede en Karachi, en el sur de Pakistán, y su hijo Suleman, de 19 años, ambos ciudadanos británicos. Engro tiene inversiones en varios sectores de negocios: energía, agricultura, petroquímica y telecomunicaciones.
Stockton Rush
La quinta persona a bordo es Stockton Rush, el director estadounidense de OceanGate Expeditions, organizadora del viaje y que él mismo fundó en 2009. La empresa del hombre descrito por la revista Smithsonian como “el inventor temerario”, comenzó a llevar clientes a ver los restos del Titanic a bordo de su sumergible, especialmente construido para ello en 2021.
Rush dijo que la visita al naufragio formaba parte de una estrategia de marketing, mientras intentaba desarrollar innovaciones para naves sumergibles. En los últimos 20 años se embarcó en varias empresas tecnológicas relacionadas con el océano, entre ellas BlueView Technologies, que fabrica pequeños sistemas de sonda de alta frecuencia.