La Suprema Corte de Estados Unidos rechazó la noche del miércoles suspender una ley de Texas que prohíbe el aborto después de las seis semanas de embarazo, aún en caso de violación o incesto.
La Corte, muy dividida con cuatro de sus nueve miembros opuestos a la decisión, no se pronunció sobre la constitucionalidad de esa ley que entró en vigor 24 horas antes, pero señaló "cuestiones de procedimiento complejas y nuevas".
El presidente del máximo tribunal John Robert, un conservador moderado, al igual que tres magistrados considerados progresistas, indicó que habría bloqueado esa ley "sin precedentes" a la espera de un examen más profundo.
Más elocuente, la jueza progresista Sonia Sotomayor consideró "asombrosa" la decisión y acusó a sus homólogos de "esconder la cabeza bajo la tierra" ante una ley "imaginada para impedir que las mujeres ejerzan sus derechos constitucionales".
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La ley en cuestión, firmada en mayo por el gobernador republicano Greg Abbott, prohíbe el aborto una vez que se detecta el latido del corazón del embrión, después de unas seis semanas de embarazo, cuando la mayoría de las mujeres ni siquiera saben que están embarazadas. Solo hay una excepción: en caso de peligro para la salud de la mujer.
Antes de Texas, donde más del 85% de los abortos se realizan después de este período, doce estados aprobaron leyes equivalentes, pero todas fueron derogadas en los tribunales porque violan la jurisprudencia de la Corte Suprema. En el emblemático caso Roe v. Wade de 1973, la Corte determinó que las mujeres tenían el derecho constitucional a tener un aborto.
Pero Texas redacto su ley en forma diferente: no le corresponde a las autoridades hacer cumplir la medida, sino "exclusivamente" a los ciudadanos quienes son alentados a presentar denuncias civiles contra organizaciones o personas que ayudan a las mujeres a abortar.