Miles de personas se echaron este sábado a la calle en 70 ciudades de EE.UU. para pedir la salida de las tropas estadounidenses de Oriente Medio y rechazar el ataque que ordenó el presidente Donald Trump para acabar con la vida del poderoso comandante iraní Qasem Soleimaní.
En Lafayette Square, frente a la Casa Blanca, unas trescientas personas se reunieron en el acto central de las protestas.
Entre los manifestantes se encontraban la actriz Jane Fonda, que tiene una gran historia de activismo y en los últimos meses ha estado protestando en Washington contra la crisis climática.
"El movimiento climático y el movimiento pacifista deben convertirse en un único movimiento", dijo Fonda, de 82 años, frente a una multitud que la aplaudía y vitoreaba.
"La gente más joven debería saber que todas las guerras que se han luchado desde que nacieron, todas, han sido por petróleo (...) No podemos perder más vidas, matar a más personas y arruinar el medio ambiente por petróleo y combustibles fósiles", clamó la actriz.
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El discurso de Fonda, vestida con un abrigo y gorro negros, fue la antesala de una decena de activistas que, a través de un altavoz, pidieron acabar con el "imperialismo" de EE.UU. en el mundo.
Entre los participantes, había niños, ancianos y muchos jóvenes que mostraron pancartas que ridiculizaban a Trump, estaban adornadas con flores y símbolos hippies o pedían la retirada de los entre 60.000 y 70.000 soldados estadounidenses desplegados actualmente en Oriente Medio.
"Trump, la gente dice: no queremos guerra con Irán. Saca las tropas estadounidenses de Irak", rezaba con letras negras y rojas una de las pancartas principales.
Los convocantes de las manifestaciones en todo EE.UU. fueron, entre otros, Answer Coalition y Code Pink, dos grupos pacifistas que ganaron popularidad después de la invasión de Irak en 2003.
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Manifestaciones de costa a costa
Las ciudades que salieron a las calles incluyeron Nueva York y Miami, donde la participación fue más baja que en Washington.
En Nueva York, la protesta fue convocada en la icónica Times Square, junto a las oficinas de reclutamiento del Ejército estadounidense que se alojan en el centro de la plaza, en el conocido monumento de luces rojas, azules y blancas que representan la bandera del país.
En las últimas horas, Nueva York ha reforzado su seguridad en lugares clave ante el miedo de que Irán tome represalias por la muerte en un ataque estadounidense en Bagdad de Soleimaní, comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní, y del vicepresidente de la Multitud Popular iraquí, Abu Mahdi al Mohandes.
Muestra de ese aumento de la seguridad fueron la decena de policías armados que este sábado se apostaron junto a los manifestantes, que se contaban por decenas.
La presidenta de una de las organizaciones presentes, "Veterans for peace" (Veteranos por la paz), Susan Schnoll, exmilitar de la Marina, dijo a Efe que esperaba que más gente se una a la causa y expresó temor porque, a su juicio, "Estados Unidos está al borde de la guerra con Irán".
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"Esto es un juego para el presidente Trump", criticó, señalando que el mandatario ha utilizado la Administración que dirige para hacer "lo que él quería", en referencia al ataque a Soleimaní.
Entretanto, en Miami, una veintena de personas se reunieron en el monumento de la Antorcha de la Amistad, en el Parque Bayfront, en el centro de la ciudad, para pedir la salida de EE.UU. de Irak y mostrar pancartas con mensajes como: "envíen a los chicos a la universidad, no a la guerra".
Amenazas de Trump
Mientras las manifestaciones se sucedían en el país, Trump jugaba al golf cerca de su club privado de Mar-a-Lago, en West Palm Beach, Florida, donde se encuentra pasando las Navidades.
Más tarde, acudió a Twitter para amenazar a Irán y avisar de que lo bombardeará si toma represalias por la muerte de Soleimaní, considerado un héroe en el país persa.
En concreto, el mandatario aseguró que tiene identificados 52 objetivos de Irán para responder "muy rápido" y "muy fuerte" en caso de ataque. Explicó que eligió ese número por los 52 estadounidenses que fueron tomados como rehenes en el asalto a la Embajada de EE.UU. en Teherán en 1979.
Entre los objetivos que ha seleccionado EE.UU. se encuentran lugares de mucha importancia para "Irán y la cultura iraní", explicó el mandatario, que no ofreció más detalles.
La destrucción deliberada de un patrimonio histórico está considerada como un crimen de guerra por Naciones Unidas.