El ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, dijo este miércoles que el ataque con misiles contra una base aérea con tropas estadounidenses en el oeste de Irak es una medida proporcionada y que Irán no busca una guerra.
"Irán efectuó y concluyó medidas proporcionadas en defensa propia en virtud del artículo 51 de la Carta de la ONU atacando una base desde la cual se lanzó un cobarde ataque armado contra nuestros ciudadanos y altos funcionarios", escribió Zarif en Twitter.
"No buscamos la escalada o la guerra, pero nos defenderemos de cualquier agresión", indicó el jefe de la diplomacia iraní después de que la Guardia Revolucionaria bombardeara la base de Ain al Asad, donde hay desplegados soldados estadounidenses.
Los Guardianes de la Revolución informaron de que el ataque es un primer paso de la "dura venganza" por el asesinato de su comandante, Qasem Soleimaní, que murió el viernes pasado en un bombardeo selectivo estadounidense en Bagdad.
Este cuerpo militar de élite también dirigió amenazas contra los países árabes aliados de EE.UU. que albergan bases militares estadounidenses, advirtiéndoles que serán su objetivo si sus territorios son usados para lanzar ataques de represalia contra Irán.
Además, aconsejó a EE.UU. no tomar represalias y convocar a sus soldados en la región "para evitar más daños y para no poner en peligro la vida de los militares de ese país por el creciente odio diario hacia el régimen impopular que domina EE.UU.".
En este sentido, el ministro iraní de Telecomunicaciones, Mohamad Yavad Azari Yahromí, subrayó también en Twitter dirigiéndose a EE.UU.: "Sal de nuestra región".
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Irán ha clamado venganza y ha urgido a la retirada de las tropas estadounidenses de Oriente Medio tras el asesinato de Soleimaní, que llevó el lunes al Parlamento a designar al Pentágono y al Ejército estadounidense grupos terroristas.
Según el Pentágono más de una decena de misiles balísticos impactaron en las últimas horas en dos bases aéreas que albergan tropas del país en Irak, las de Ain al Asad y Erbil.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, aseguró por su parte que "todo está bien" y que su país tiene "el Ejército más poderoso y bien equipado en cualquier parte del mundo".