El gobierno de Donald Trump ordenó este lunes el cierre del polémico centro de detención de menores inmigrantes en Homestead, al sur de Miami, uno de los mayores del país y considerado por Amnistía Internacional, AI, como "cruel" e "ilegal".
El Departamento de Salud (HHS) señaló que el albergue, con capacidad para 2500 menores, será clausurado el próximo 30 de noviembre.
El lugar fue epicentro de críticas de congresistas demócratas y organizaciones de derechos humanos por las condiciones de los menores y el vínculo de la empresa que lo administra con el general retirado John Kelly, el que fuera máximo responsable de inmigración del presidente Donald Trump y después su jefe de Gabinete.
El HHS señaló que ha reducido a cero la capacidad de camas y dará por terminado el contrato con Comprehensive Health Services Inc. a partir del 30 de noviembre, lo que implica además el despido de unos 2000 trabajadores.
"Si bien sé que esto probablemente no será el fin de detener a niños inmigrantes con fines de lucro en este país, aplaudo la decisión del Departamento de Salud y Servicios Humanos de no renovar el contrato para el proveedor de servicios en el refugio Homestead", expresó este lunes la congresista Donna Shalala.
"Nadie, especialmente los niños, debe ser recluido en estas condiciones", dijo por su parte la congresista Debbie Mucarsel-Powell.
En un informe de julio AI instó al Gobierno Trump a "cerrarlo cuanto antes" tras dos visitas que hizo al lugar.
"Homestead no es un hogar para niños (...) es una línea industrial para procesar grandes cantidades de niños, en lugar de centrarse en sus mejores intereses", señaló entonces Denise Bell, investigadora de AI.
El albergue es uno de varios en el país a donde fueron llevados niños separados de su padres, como parte de la polémica política de "cero tolerancia", que separó a 5460 niños de sus padres desde mediados de 2017, según cifras reveladas el jueves pasado, 1566 más de lo que había admitido la administración.
Según AI las condiciones "ilegales" de los niños en Homestead son el resultado directo de las políticas del Gobierno de Estados Unidos diseñadas para "castigar en lugar de proteger a las personas que intentan reconstruir sus vidas".
Amnistía Internacional señaló que a principios de abril más de 2100 niños de edades entre 13 y 17 años fueron alojados en el centro, que en algún momento llegó a tener ocupadas sus 2500 camas.
Lea además: Tras revés en el Parlamento, Johnson intentará tramitar una ley para convocar a elecciones