El Gobierno francés no consiguió desactivar este jueves el conflicto abierto con los sindicatos sobre la reforma de las pensiones, después de que la reunión multilateral mantenida para intentar llegar a un acuerdo antes de las vacaciones se cerrara sin avances concretos.

El Ejecutivo, los sindicatos y la patronal se dieron nueva cita en enero para continuar las discusiones en torno a un proyecto que busca sustituir los 42 regímenes actuales de pensiones por un sistema universal por puntos.

"Nada ha cambiado. Lo único concreto es que el primer ministro (Édouard Philippe) no ha escuchado a la calle", indicó el secretario general del sindicato CGT, Philippe Martinez, a la salida del encuentro.

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Aunque la rama ferroviaria de la central UNSA hizo un llamado a la tregua estas Navidades, su agrupación es solo la segunda del sector y la tercera entre los conductores de trenes. La principal, la CGT, aseguró que la huelga continúa, por lo que el transporte seguirá afectado.

El primer ministro aseguró que el diálogo fue "constructivo", pero la negociación no evitó que la intersindical convocara una nueva jornada de movilización nacional para el 9 de enero, la cuarta desde el inicio de las protestas el pasado 5 de diciembre.

El Gobierno dijo estar abierto a revisar la cuantía de la pensión mínima; la transición al nuevo régimen; la edad "de equilibrio" o pivote, a partir de la cual los trabajadores podrán cobrar la pensión completa, o la consideración de las duras condiciones laborales de ciertos puestos.

Pero subrayó que la reforma de las pensiones formaba parte del programa electoral del actual presidente, Emmanuel Macron, y recordó que la voluntad del Ejecutivo es instaurar un sistema más simple, justo y sólido.

Philippe destacó que hay margen de maniobra sobre la edad de equilibrio, que en la práctica eleva hasta los 64 años la edad de la jubilación, dos más que el mínimo legal.

Asimismo, aseguró que el nuevo plan se aplicará "sin brutalidad" y que la pensión mínima superará el 85 % del salario mínimo, porcentaje fijado hasta el momento, para aquellos que tengan una carrera profesional completa.

Sin embargo, no consiguió convencer ni a los sindicatos más beligerantes, como la CGT, ni al principal, el moderado CFDT, cuyo líder, Laurent Berger, lamentó que no haya habido un acercamiento de posturas.

"Hemos percibido una apertura por parte del primer ministro, pero sigue habiendo un punto duro, la búsqueda de un equilibrio a corto plazo" a través de la aplicación de una edad pivote a partir de 2022, dijo al término de la reunión.

El encuentro multilateral de este jueves tuvo lugar después de que el jefe del Gobierno se reuniera por separado el miércoles con representantes de la patronal y de los sindicatos.

Macron, que ha dejado a Philippe librar en primera línea el pulso con los sindicatos, sostuvo este miércoles que no descartaba introducir mejoras en el plan presentado, siempre y cuando el proyecto, que quiere ver aprobado en verano, no quedara desprovisto de su esencia.

"Hemos evolucionado muy poco", destacó Yves Veyrier, secretario general del sindicato FO, uno de los ocho que aseguraron en un comunicado que no habrá tregua y subrayaron que la "única solución es retirar sin demora ese proyecto regresivo".

Philippe, en cambio, instó a "la responsabilidad de cada uno" para que hasta la continuación del diálogo en enero los franceses puedan disfrutar de las vacaciones.

Aunque ha habido una ligera mejora en las previsiones del tráfico, los cortes persisten: este viernes solo circularán la mitad de los trenes de alta velocidad TGV, cuatro de cada diez regionales o dos de cada cinco de los que comunican con España, por ejemplo.

En la red metropolitana parisina de transporte, las dos únicas líneas de metro que garantizan un funcionamiento sin problemas siguen las dos automatizadas, mientras que en el resto algunas solo funcionan con restricciones en las horas punta y seis mantienen suspendido todo su trayecto.