El tribunal correccional de Montauban, en el sur de Francia, condenó este martes a un año de prisión con la pena suspendida al piloto de un club de paracaidismo que hace cinco años decapitó con un ala del avión a un hombre que se acababa de lanzar al vacío desde el propio aparato.
El piloto condenado, que además carecía de la licencia correspondiente, ha sido sancionado con la prohibición de pilotar durante un año.
El fallo lo considera culpable de homicidio involuntario y de pilotar sin un título aeronáutico válido. La escuela ha sido condenada a pagar 20.000 euros, aunque el pago de la mitad ha sido también suspendido.
Los hechos se ocurrieron el 17 de julio de 2018, cuando Nicolas Galy, ingeniero aeronáutico de 40 años, saltó con un traje de alas a 4.000 metros de altitud desde un avión de la Asociación-escuela de paracaidismo de Midi-Pyrénées, de la localidad de Bouloc-en-Quercy en el departamento de Tarn y Garona, cerca de Toulouse.
Al momento de saltar, inmediatamente una de las alas del avión del cual saltó, le seccionó la cabeza.
La abogada de la familia asegura que en el momento del accidente hubo “mucha imprudencia y negligencia”. Por su parte, la presidenta del tribunal subrayó la falta de comunicación que hubo entre el piloto y el paracaidista, ya que a éste no se le explicó cuál sería la trayectoria del avión tras el salto.
Tras el lamentable hecho, desde ese instante, se reforzaron las medidas de seguridad a la hora de practicar algún salto.
Si un paracaidista decide saltar, antes del vuelo, tanto el paracaidista como el piloto, recibirán una charla en dónde se les explicará las normas de seguridad, la trayectoria que tendrá el avión una vez el paracaidista ya no se encuentre en el, y adicionalmente, los elementos de protección.