¿Una foto de Kamala Harris en tenis es la forma apropiada de presentar a la primera mujer negra en ser elegida Vicepresidenta de Estados Unidos? Esa es la pregunta que muchos hacen este martes sobre la portada de la revista Vogue, en su edición de febrero.
La polémica hizo que Anna Wintour, la influyente jefa de la revista y quien rara vez interviene, saliera a asegurar el martes que nunca quiso restar importancia a su "increíble victoria".
La controversia se inició en las redes sociales el domingo, luego de que la prestigiosa publicación de modas diera a conocer su portada para la edición impresa de febrero.
Algunos afirmaron de entrada que el rostro de la vicepresidenta electa había sido "blanqueado". Las críticas apuntaron después a la elección de una foto donde Harris luce demasiado "relax".
En la imagen, la futura vicepresidenta está de pie en un set de telas rosadas con grandes pliegues sobre un fondo verde. Es parte de una serie tomada por el fotógrafo afroestadounidense Tyler Mitchell, quien había fotografiado en 2018 a Beyoncé para la cubierta de la revista.
Fueron descartadas otras fotos, una de ellas más formal, donde la futura número dos estadounidense se cruza de brazos, con un traje de pantalón celeste.
"Obviamente hemos escuchado y entendido la reacción a la portada impresa y solo quiero reiterar que no fue en absoluto nuestra intención, de ninguna manera, restar importancia a la increíble victoria de la vicepresidenta electa", dijo Wintour a la reportera del New York Times Kara Swisher.
La periodista -que dirige el podcast "Sway", dedicado a personalidades de poder- también difundió este martes una inusual entrevista con Wintour realizada antes de la polémica, en la que la alta ejecutiva del grupo editorial Condé Nast describe la portada como "alegre y optimista".
"No puedo imaginarme a nadie viendo en esta portada otra cosa que no sea eso, la imagen de una mujer en pleno dominio de sus facultades que, junto con el presidente electo, le dará a este país el liderazgo que necesita", sostiene.
"Para mí, es una afirmación muy importante y positiva sobre las mujeres y las mujeres en el poder".
Mea culpa
Kamala Harris no ha reaccionado oficialmente a la controversia. Pero fuentes de su entorno han dicho a los medios estadounidenses que les tomó por sorpresa la elección de esta foto para la portada.
Wintour, que tiene reputación de ser una mujer fría, ya había sido acusada, durante las grandes protestas de Black Lives Matter el verano boreal pasado, de no dar suficiente espacio a los estilistas o fotógrafos negros en la revista.
Incluso circularon rumores de renuncia de quien la revista Forbes presentó en 2017 como la mujer más poderosa del mundo de la industria de los medios y el entretenimiento.
Pero la septuagenaria de origen británico se mantuvo al frente tras declarar que asumía "toda la responsabilidad" por sus "errores" y pedir disculpas por "no haber hecho más" por sus colaboradores negros.
En la entrevista con Sway, asegura que ese episodio tenso había sido "fructífero", y afirmó que había comprendido que "no escuchaba o no escuchaba lo suficiente".
"En una empresa, hay que escuchar a todos, todas las voces, y asegurarse de que las personas se sientan libres de hablar cuando lo consideren necesario", afirmó.
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