“Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe”. El chavismo parece estar comprobando el significado del refrán popular, pues tras pasar los últimos 19 años acusando a Washington de estar urdiendo planes para deponerlo, asesinar a sus máximos líderes o invadir el país para hacerse con sus riquezas, esta última posibilidad parece ya no ser tan descabellada.

¿La razón? El giro en la política exterior dado por la Casa Blanca desde la llegada de Donald Trump y el impacto que la crisis política, social y económica que padece Venezuela está teniendo en la región.

“Tenemos muchas opciones para lidiar con Venezuela y por cierto no descartaré la militar. Tenemos muchas opciones para Venezuela, es nuestro vecino. Tenemos tropas en todo el mundo y en lugares muy lejanos, pero Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo y muriendo. Tenemos muchas opciones para Venezuela, incluyendo una opción militar, si es necesaria”, ya había dicho Trump en agosto de 2017.

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Y aunque entonces la declaración fue interpretada como otra salida en falso del Mandatario, la posibilidad de una invasión o una intervención militar parece haber cobrado fuerza en Washington, como lo dejó en claro un reporte de julio pasado de la Associate Press, en el cual una fuente anónima de la Casa Blanca reveló que Trump preguntó por qué no se podía ocupar militarmente ese “problemático país”, como se hizo en 1983 con la isla caribeña de Grenada o en 1989 con Panamá.

“Hay un argumento, muy fuerte, que se puede esgrimir en este momento, de que Venezuela y el régimen de (Nicolás) Maduro se ha convertido en una amenaza para la región e incluso para Estados Unidos”, aseguró el senador republicano Marco Rubio, quien tras reunirse con el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton -considerado un guerrerista en Washington-, aseveró que una opción militar contra Caracas no se puede descartar.

De igual forma, para Carmen Beatriz Fernández, directora de la consultora DataStrategia y profesora de la Universidad de Navarra (España), “la tragedia que vive Venezuela crece día a día y efectivamente se ha convertido un problema para la región. Pese a que se habla de dos millones de emigrados, las cifras de Facebook, que maneja datos que pueden ser hasta más fidedignos que los de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), hablan de más de tres millones”.

Agrega que esa “sangría representa una explosión demográfica que los países latinoamericanos no tienen cómo afrontar, en particular si pensamos en los venezolanos que están por salir si no se produce un cambio político. Evidentemente, esto le agrega presión a la posibilidad de intervenir para que se produzca un cambio político”.

Guerra avisada...

Rocío San Miguel, que preside Control Ciudadano para la Seguridad y la Fuerza Armada, organización que se encarga de monitorear a los militares venezolanos, sostuvo que “no veo posible que se dé una intervención, pero la historia de las intervenciones militares sobre terceros países está llena de imposibles, por lo que creo que debe monitorearse” esa opción, que revivió también luego de la visita del secretario general de la OEA, Luis Almagro, a la frontera colombovenezolana.

“Las acciones diplomáticas están en primer lugar (…) en cuanto a la intervención militar para derrocar a Nicolás Maduro, no debemos descartar ninguna opción”, dijo en Cúcuta en declaraciones que fueron rechazadas por el Grupo de Lima, con la notable excepción de Colombia y Guyana, vecvecinos de Colombia.

“No sabemos qué quiere decir eso. No sabemos si es un silencio positivo”, agregó la analista Fernández, quien no cree factible que Washington realice una acción militar contra el chavismo por su cuenta, ni bajo el amparo de la ONU, porque sabe que Rusia y China, aliados de Maduro, la bloquearan.

Según ella, cualquier medida contra el régimen de Maduro podría llevarse a cabo antes de las elecciones legislativas estadounidenses de noviembre, posibilidad ya enunciada por el alcalde de Chicago, Rahm Enmanuel y exjefe de Gabinete de Barack Obama: “Octubre viene con sorpresas”.

Arma de control social

Una de las más elaboradas acusaciones de ocupación de Venezuela la formuló el presidente Hugo Chávez en 2005, cuando denunció el ‘Plan Balboa’, planeado supuestamente en 2001 por militares de EE. UU. y españoles.

“Si el Gobierno estadounidense nos ataca, se meterá en una guerra de cien años. Estamos listos”, bramó entonces el fallecido mandatario, quien durante sus dos gobiernos gastó más de 20.000 millones de dólares en armamento.


No obstante, una fuente que ocupó altos cargos en el chavismo y hoy está en la disidencia sostiene que “lo de la invasión siempre fue una herramienta discursiva, nunca se habló sobre esa posibilidad salvo para manipular a los votantes”.

Para la informante, medidas como los cuatro ejercicios militares realizados desde finales de 2016 son simples acciones propagandísticas. “Siempre creímos, y yo lo sigo haciendo, que cualquier intervención de EE. UU. iría dirigida a buscar a oficiales venezolanos que derrocaran al Gobierno”.

Movimientos de tropa, normales

Como “normal y rutinario” califican analistas el movimiento de tropas que en territorio venezolano han hecho las Fuerzas Armadas de ese país, pero no descartan que se trate de una reacción bélica a distintas declaraciones que apuntan a una posible intervención militar.

El despliegue fue anunciado por el general Remigio Ceballos, jefe del Comando Estratégico Operacional de Venezuela, quien señaló que la Operación Estratégica Defensiva busca dar contundentes golpes a bandas de contrabandistas que se mueven en la frontera.

“Es uno de los generales más leales al Gobierno de Maduro. Tiene el apoyo y el respaldo del ministro (de Defensa) Vladimir Padrino López. Es un general que no ha dado señal diferente a cumplir las órdenes de la defensa de la soberanía venezolana”, precisó una fuente militar.

Para Hugo Acero, experto en seguridad, en el pasado ya se ha dado movimiento de tropas, teniendo “como eje el tema del contrabando de gasolina y otros productos”.

Igual opina John Marulanda, también experto en la materia, que añade que “Venezuela puede mover sus tropas dentro de su territorio cómo y dónde quiera. Si hay un movimiento mayor, por ejemplo de una batería antiaérea o de tanques, eso ya debe analizarse de otra manera”.

Petición a Corte Penal

La Corte Penal Internacional, CPI, deberá tramitar en los próximos días la solicitud que le formularon ayer los mandatarios de Canadá, Colombia, Argentina, Paraguay, Chile y Perú para que investigue al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, por violación a los derechos humanos y promover asesinatos para mantener su régimen.

Dicha petición fue el resultado de una acción diplomática liderada durante la Asamblea de la ONU por Colombia y EE. UU., hecha pública horas previas a que el Jefe de Estado del vecino país llegara a la sede de la entidad para intervenir ante su plenaria.

La comunicación va dirigida a la fiscal de la CPI, Fatou Bensuda, y en ella se pide que se investigue a Maduro por los presuntos crímenes de lesa humanidad presentados desde febrero de 2012, como ya se había determinado, a raíz de información suministrada por la fiscal de Venezuela, Luisa Ortega.

Según ellos, un informe de la OEA puso de relieve que, “a pesar de diversas solicitudes, no hubo posibilidad de acudir al territorio de Venezuela, pero la información que sirve de sustento proviene, entre otras fuentes, de audiencias públicas realizadas en la sede de la Organización en las que personas que habrían sido afectadas por la comisión de graves crímenes o sus familias directos dieron sus testimonios”.

Los mandatarios resaltan que esos asesinatos habrían sido objeto de constatación por el panel de expertos internacionales, así como encarcelaciones, torturas, violaciones y desaparición forzada de personas.