Especulador legendario reconvertido en filántropo, George Soros se apresta a ceder el control de su imperio a uno de sus hijos.

A los 92 años, el millonario dejará las riendas de su organización a su hijo Alexander, de 37 años, informó The Wall Street Journal.

Alex Soros toma la posta de su padre y promete seguir apoyando las causas sociales y objetivos políticos que ha defendido el empresario. | Foto: Jared Siskin / Getty Images

Sucederá a un personaje odiado, por una parte, de la derecha dura y de los adeptos a las teorías conspirativas, que lo acusaron, entre otras cosas, de haber financiado manifestaciones violentas, maniobrado para derrocar gobiernos o fabricado una crisis migratoria en Europa.

El mes pasado, Elon Musk lo atacó en un tuit señalando que Soros “quiere erosionar el tejido mismo de la civilización. Soros detesta a la humanidad”.

Las críticas venían por los miles de millones que entregó mediante su organización Open Society Foundations (OSF) a favor de reformas de la economía y la justicia, del derecho de las minorías y los refugiados, o de la libertad de expresión.

Fue luego de convertirse en una eminencia de las finanzas que destinó su dinero a defender estas ideas.

En su larga historia en los mercados, su mayor jugada habrá sido su apuesta a la caída de la libra esterlina en 1992, cuando Inglaterra se hundía en la crisis económica.

Luego de este ataque a la libra, que le permitió embolsarse mil millones de dólares de ganancias, se convirtió en una referencia en los medios financieros, adulado por muchos inversores y temido por los ministros de Economía de las mayores potencias mundiales.

Sociedad abierta

George Soros, el gurú de la inversión, sobrevivió a la ocupación nazi de Hungría y llegó a Londres, donde vivió como universitario sin recursos.

Soros nació el 12 de agosto de 1930 en una familia judía de Budapest. Gracias a falsos documentos, él y su familia escaparon a los nazis durante la ocupación de la ciudad entre 1944 y 1945.

Luego de la instauración del comunismo en Hungría partió a Londres en 1947, en donde estudió en la prestigiosa London School of Economics, antes de emigrar a Nueva York en 1956.

Prosperó en el mundo de las finanzas y creó en 1970 su propio fondo especulativo, origen de su fortuna. Actualmente, posee un patrimonio evaluado por Forbes en 6.700 millones de dólares, aunque esa cifra no incluye los 18.000 millones de dólares transferidos a sus fundaciones en 2017.

Comenzó con la filantropía en 1979 a través de becas a estudiantes negros sudafricanos en pleno apartheid. Luego ayudó a disidentes de los regímenes comunistas en Europa central.

Tras el final de la Guerra Fría, su actividad se extendió a todos los continentes y a otras áreas de actividad.

En Estados Unidos, por ejemplo, sostiene programas de ayuda a adictos y de reforma del sistema carcelario, se declara favorable al matrimonio entre personas del mismo sexo y a la despenalización del cannabis.

Padre de cinco hijos, es discípulo del filósofo austríaco Karl Popper y de su visión de “sociedad abierta”, que se basa en regímenes democráticos progresistas.

Personalidad del año

La defensa de estas ideas le granjeó críticas inmediatas, pero los ataques en su contra se volvieron más virulentos a partir de 2010, muchas veces rozando el antisemitismo.

El primer ministro nacionalista húngaro, Viktor Orban, le reprochó alentar la inmigración y conspirar contra su gobierno a través de las ONG que financia. Su organización debió dejar el país en 2018.

Poco después, Soros fue nombrado “personalidad del año” por el Financial Times, que entonces lo calificó como “padre del sector de los fondos especulativos” pero saludó sobre todo su papel de “porta estandarte de la democracia progresista” y su combate contra “el autoritarismo, el racismo y la intolerancia”.

Su historia no solo está hecha de éxitos: tuvo pérdidas monumentales durante el crack bursátil de 1987 o la crisis rusa de 1998.

En Francia fue condenado en 2002 por uso de información privilegiada y en Hungría en 2009 por manipulación de mercado.

Su fondo continúa por el camino que le trazó, invirtiendo en nuevas tecnologías, en el sector inmobiliario y en materias primas. Pero este paradójico “lobo” de Wall Street suele denunciar los defectos del capitalismo, y aboga por una mayor regulación de los mercados.

Reuters - George Soros

En un ensayo en 2011, escribió: “Mi éxito en los mercados financieros me aportó un grado de independencia más importante que el que tiene la mayoría de la gente. Eso me obliga a tomar posición en temas controversiales sobre los cuales otros no pueden expresarse”.

Alexander Soros explicó al WSJ que es “más político” que su padre y que le preocupa la idea de que el expresidente Donald Trump (2017-2021) pueda ser reelegido a la Casa Blanca en 2024.

“Me encantaría ver que el dinero no jugara un papel tan importante en la política, pero mientras la otra parte lo haga (por medio de contribuciones), vamos a tener que seguir haciéndolo también”, dijo al diario.