Ucrania y Rusia concluyeron este viernes meses de duras negociaciones con la firma de un histórico acuerdo con Turquía y la ONU para aliviar una crisis alimentaria mundial causada por el bloqueo de suministros de granos en el mar Negro.

El primer gran acuerdo entre las partes en conflicto desde la invasión rusa de febrero deberá ayudar a mitigar el hambre que, según la ONU, enfrentan 47 millones de personas adicionales debido a la guerra.

Pero la hostilidad entre Moscú y Kiev se extendió a la ceremonia de la firma, aplazada más de media hora por disputas sobre la colocación de las banderas alrededor de la mesa y la negativa ucraniana de poner su nombre en el mismo documento que el de Rusia.

Las dos partes finalmente firmaron documentos separados pero idénticos en presencia del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en el palacio Dolmabahce de Estambul, en el estrecho de Bósforo.

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"Hoy hay un faro en el mar Negro, un faro de esperanza, un faro de alivio", declaró Guterres poco antes de la firma.

Erdogan, pieza clave en la negociación, comentó sobre el acuerdo: "Esperamos que reviva el camino a la paz".

Pero Ucrania llegó a la ceremonia con la advertencia de que daría "una respuesta militar inmediata" si Rusia viola el pacto y ataca sus barcos o incursiona en sus puertos.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo posteriormente que la ONU deberá velar por el cumplimiento del pacto.

20 millones de toneladas

El acuerdo incluye el tránsito de barcos con granos ucranianos por corredores seguros para evitar las minas en el mar Negro.

Hasta 20 millones de toneladas de trigo y otros granos fueron bloqueados en los puertos ucranianos por buques rusos de guerra y las minas que tendió Kiev para evitar un ataque anfibio.

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Tras el acuerdo, los precios del trigo cayeron el viernes a niveles previos a la invasión rusa, pese a que algunos analistas se mostraron escépticos con el acuerdo.

El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, dijo a la prensa oficial del Kremlin que espera que el pacto entre en vigor "los próximos días".

Señaló que Rusia logró un compromiso separado de Washington y Bruselas para levantar las restricciones sobre sus propios granos y otras exportaciones agrícolas.

Las potencias occidentales exaltaron el acuerdo y urgieron a Moscú acatar sus disposiciones.

La Unión Europea (UE) pidió una "rápida aplicación" del acuerdo, mientras la ministra británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, aseguró que Londres "estará vigilante de que Rusia cumpla su palabra".

Esperanza

Los diplomáticos esperan que los granos fluyan plenamente para mediados de agosto.

Las cuatro partes deberán primero crear un centro conjunto de comando y control en Estambul para vigilar el paso de los barcos y resolver disputas.

Aún deben definir cómo serán inspeccionados los barcos para buscar posibles armas antes de regresar vacíos a los puertos ucranianos.

Agricultores ucranianos que no podían vender sus granos acumulados recibieron el acuerdo con reservas.

"Me da algo de esperanza, pero no se le puede creer a los rusos", comentó el agricultor Mykola Zaverukha.

Sus graneros están llenos con 13.000 toneladas de producto, con peligro de que se desborden porque la cosecha de este año apenas empezó a llegar.

"Rusia no es confiable, lo han demostrado año a año", declaró a la AFP en la región sureña de Mykolaiv.

En tanto, la UE teme que Rusia comience a usar su control de las exportaciones energéticas como arma geopolítica en su disputa con Occidente.

El acuerdo sobre granos fue firmado un día después de que Rusia reinició la operación del gasoducto Nord Stream, aliviando las preocupaciones europeas de un cierre permanente tras 10 días de mantenimiento.

Pero analistas advierten que la reanudación parcial de suministros de gas es insuficiente para evitar una escasez energética en Europa el próximo invierno.

Bajas rusas

Pero lejos de los elegantes salones del palacio Dolmabahce de Estambul, la región oriental ucraniana del Donbás vivió otro día de bombardeos intensos.

Rusia intenta penetrar en la región del Donetsk luego de tomar control de la vecina Lugansk. Ambas regiones conforman el Donbás.

La presidencia ucraniana indicó que cinco personas murieron y 10 resultaron heridas en los ataques rusos el jueves en Donetsk.

En Chasiv Yar, en Donetsk, ciudad bombardeada el 10 de julio con un saldo de más de 45 muertos, Lyudmila de 64 años recogía albaricoques podridos cerca de un edificio destruido.

"Aquí nadie nos necesita, no queda nadie, los responsables se han ido, debemos arreglárnoslas para seguir vivos", declaró la mujer, quien se negó a dar su nombre completo.

El saldo de bajas en las dos partes es incierto desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero.

Pero los jefes de inteligencia de Estados Unidos y Reino Unido creen que Rusia ha sufrido más bajas de lo esperado.

Las fuerzas ucranianas se han reforzado las últimas semanas con suministros estadounidenses de armas de alta precisión que le permiten destruir los almacenes bélicos rusos a larga distancia.