Las protestas contra la reforma de las pensiones del presidente liberal Emmanuel Macron se intensificaron este martes en Francia con el bloqueo de combustible, trenes anulados, escuelas cerradas y la amenaza de prolongar las huelgas hasta la retirada del impopular proyecto.

La segunda economía de la Unión Europea, UE, vive su sexta jornada de huelga a llamado de los sindicatos desde el 19 de enero para protestar contra el endurecimiento de las condiciones para acceder a una pensión completa impulsado por el gobierno de Macron.

"La responsabilidad es únicamente del gobierno. No se puede hacer oídos sordos a este movimiento social", dijo en el medio France Info el líder de la CGT, Philippe Martinez, subrayando que entran en una "nueva fase" con huelgas prorrogables.

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Basureros, conductores de trenes, empleados del sector de la energía... Varios sectores pararon sus actividades en la víspera o días antes con el objetivo de lograr la jornada más fuerte de protestas desde el inicio de la movilización.

Los huelguistas bloquearon este martes la expedición de combustible de todas las refinerías, según la CGT. El lunes, paralizaron tres de las cuatro terminales metaneras por "siete días" y, desde el viernes, hacen caer la producción eléctrica en el sector nuclear.

Tras semanas de infructuosas protestas pacíficas, entre ellas la más importante en tres décadas contra una reforma social el 31 de enero con 1,27 millones de personas, según la policía (2,8 millones, para la CGT), ahora buscan "paralizar" la economía.

La primera ministra, Élisabeth Borne, calificó el lunes por la noche de "irresponsable" este objetivo, en la cadena France 5, centrada ahora en desacreditar al movimiento opositor tras fracasar en su intento de convencer sobre la necesidad de la reforma.

Dos de cada tres franceses, según los sondeos, se oponen a su proyecto de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42, como ahora) para cobrar una pensión completa.

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Pero elevar una de las edades de jubilación más bajas de Europa busca, según el gobierno, evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones, en un contexto de aumento de la esperanza de vida de la población.

La última vez que los franceses lograron frenar una reforma de las pensiones fue en 1995. Los sindicatos paralizaron los servicios de tren y metro durante tres semanas y lograron mantener un apoyo masivo en la opinión pública.

Este martes, los sindicatos esperan sacar "más de dos millones" de personas a la calle, indicó el líder de FO, Frédéric Souillot, a la radio RTL. Una fuente policial estima que entre 1,1 y 1,4 millones participarán en la sexta jornada de protestas.

"Por suerte, está la abuela"

Con el servicio de trenes y el transporte público de París, clave para la economía de la capital, "muy perturbados", el gobierno llamó a los franceses que puedan a trabajar desde casa.

Pero con un 60% de los maestros de educación infantil y primaria en huelga y miles de escuelas cerradas, según los sindicatos, muchos de ellos se vieron obligados a buscar alternativas para el cuidado de sus hijos.

"No tienen elección. Por suerte, está la abuela", dijo el lunes a la AFP Michèle, una jubilada de 75 años en Burdeos (suroeste), quien debe cuidar este martes de su nieta por el trabajo de sus padres.

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Aunque el objetivo es bloquear la economía, el impacto económico de las huelgas será "limitado", según los analistas del banco ING, para quienes, incluso en caso de largos bloqueos, no será superior a 0,2 puntos porcentuales del PIB.

Macron se juega una parte importante de su crédito político, después que la pandemia le obligara a abandonar una anterior reforma durante su primer mandato, marcado además por la protesta social de los "chalecos amarillos".

A falta de una mayoría en el Parlamento, que discute actualmente la medida, el gobierno escogió un polémico procedimiento que le permite aplicarla a partir de finales de marzo, si las dos cámaras no se han pronunciado sobre la misma.