Fuertes lluvias cayeron sobre Haití durante el fin de semana, en donde dejaron al menos 43 muertos y 11 desaparecidos, según el más reciente balance de protección civil. Los aguaceros causaron importantes inundaciones y deslaves en siete de 10 departamentos del país, de por sí hundido en una crisis humanitaria alimentada por la violencia de pandillas.
Según la ONU, las lluvias afectaron a 37.000 personas y causaron el desplazamiento de 13.400. La ciudad de Léogane, situada a 40 km al suroeste de la capital, Puerto Príncipe, resultó particularmente afectada, con tres crecidas de ríos. Al menos 20 personas murieron allí, según el primer balance de rescatistas.
“Los habitantes están desesperados. Perdieron todo. Los aguas devastaron sus campos, se llevaron el ganado”, describió a la AFP el alcalde de Léogane, Ernson Henry.
Miles de familias fueron afectadas en su comuna, agregó, al resaltar que la población necesita comida, agua potable y medicamentos de emergencia. Estas inundaciones también causaron importantes daños materiales en el país, destruyendo cientos de casas y caminos.
“Aunque no se trate de un ciclón o de una tempestad tropical, los daños observados en zonas afectadas son considerables”, lamentó Jean-Martin Bauer, coordinador para la ONU de acción humanitaria en Haití, en un comunicado.
El primer ministro Ariel Henry activó en respuesta el Centro de Operación de Emergencia Nacional (COUN). Este balance pone de manifiesto la vulnerabilidad del país ante las catástrofes naturales, cuando apenas inicia la temporada de ciclones.
Haití atraviesa de por sí una crisis humanitaria severa, con cerca de la mitad de la población con necesidad de asistencia humanitaria, una cifra que dobló en cinco años, según la ONU.
Haití en alerta máxima por hambre
Haití, el Sahel y Sudán figuran en las zonas de alerta máxima por hambre, y requieren una atención “urgente” de la comunidad internacional, advirtió el lunes la ONU.
“Haití, el Sahel (Burkina Faso y Malí) y Sudán fueron elevados al nivel máximo de preocupación” en lo que concierne a la alimentación de sus poblaciones, indicaron la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en un informe conjunto.
“Esto se debe a las graves restricciones de movimientos de personas y bienes en Haití, así como en Burkina Faso y Malí, además del reciente conflicto en Sudán”, explicaron.
La guerra en Sudán, que estalló en abril entre el jefe del ejército y su rival paramilitar, probablemente “tendrá ramificaciones significativas para sus países vecinos”, alertó el informe.
Esos cuatro países se unen así a Afganistán, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen en la lista de los que ya estaban en alerta máxima y requieren “la atención más urgente”.
La violencia no cesa
Más de 600 personas murieron solo en abril en una ola de violencia que golpea a varios barrios de la capital de Haití, controlados por las pandillas, alertó este martes el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
“Solo en el mes de abril, más de 600 personas murieron en una nueva ola de violencia extrema que golpeó varios barrios de la capital”, dijo la agencia de Naciones Unidas en un comunicado.
Las cifras de abril se registran “después del asesinato de al menos 846 personas en los tres primeros meses de 2023, además de 393 heridos y 395 secuestrados durante el período”, detalló.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, denunció “un ciclo de violencia sin fin en Haití”. “La situación de emergencia en materia de derechos humanos exige una respuesta firme y urgente”, manifestó.
En un informe trimestral (enero a marzo) publicado el martes, la ONU destaca que la violencia no solo se hace más extrema y frecuente, sino que se extiende inexorablemente a medida que las bandas tratan de ampliar su control.
Con información de AFP*