Un hombre de Carolina del Sur de 67 años condenado por asesinar a los padres de su exnovia fue ejecutado el viernes por un pelotón de fusilamiento, en la primera muerte de este tipo en Estados Unidos desde 2010, informaron las autoridades.
Brad Sigmon, asesino confeso de David y Gladys Larke en 2001 con un bate de béisbol, fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento de tres personas “y declarado muerto por un médico a las 6:08 p. m, hora local (23H08 GMT)”, informó la portavoz de la administración penitenciaria de este estado del sureste del país, Chrysti Shain.
La ejecución por fusilamiento es poco usual debido a su extrema violencia, no obstante fue petición del condenado.
Los disparos son realizados por tres voluntarios que ocultan su identidad por seguridad a una distancia de 4,5 metros del condenado.
Otro aspecto a tener en cuenta es que para esta ejecución se usa un tipo de balas que se rompe al impacto generando el mayor daño posible.
Esta es la segunda ejecución durante el último mes en Estados Unidos, ya que el pasado 2 de febrero, Demetrius Frazier, un estadounidense de 52 años condenado a muerte hace casi tres décadas por la violación y el asesinato de una mujer, fue ejecutado en Alabama mediante inhalación de nitrógeno, un método cuestionado por Naciones Unidas.
Es la cuarta vez que se utiliza ese gas para ejecutar un preso en ese estado del sureste de Estados Unidos, el único que ha empleado ese protocolo estrenado en el mundo hace un año. Otras regiones recurren a las inyecciones letales.
La ejecución por inhalación de nitrógeno, que provoca la muerte por hipoxia (deficiencia de oxígeno), es criticada por la ONU, que la califica de “método no probado” que podría “constituir tortura o trato cruel, inhumano o degradante”. La Unión Europea la tacha de “particularmente cruel”.
Frazier había sido sentenciado a muerte en 1996 por la violación y el asesinato de Pauline Brown cinco años antes en Birmingham, Alabama.
El hombre irrumpió en el apartamento de Brown, de 40 años y madre de dos hijos, la violó y le disparó en la cabeza.
Según documentos judiciales, Frazier, quien era afroestadounidense, acusó durante el juicio al jurado, predominantemente blanco, de ser racista.
El hombre ya había sido condenado por violación y asesinato en 1992 de Crystal Kendrick, una niña de 14 años, en el estado de Michigan, donde no existe la pena de muerte.
Cumplía allí cadena perpetua por el asesinato de la menor y otras dos condenas por violación.
Frazier fue transferido a Alabama en 2011. Sus apelaciones para ser encarcelado en Michigan y contra el método de ejecución por inhalación de nitrógeno fueron rechazadas por los tribunales estadounidenses.
Fue ejecutado finalmente el 2 de febrero del 2025, en una prisión de Atmore. El total de ejecuciones, en 2024, fueron 55, mientras que en 2023 llegó a 24.
La pena de muerte, defendida por el presidente Donald Trump “para los crímenes más viles”, ha sido abolida en 23 de los 50 estados estadounidenses. Otros tres, California, Oregón y Pensilvania, han emitido moratorias.
Información de AFP.