Vagones retorcidos se apilan unos encima de otros y líneas de cadáveres yacen junto a las vías en el este de India, donde los primeros rayos de sol muestran el horror de uno de los accidentes ferroviarios más mortíferos en la historia del país.
En el choque entre dos trenes de pasajeros y uno de mercancías, uno de los convoyes chocó tan bruscamente contra el otro que los vagones saltaron por los aires, giraron y cayeron fuera de las vías.
Otro vagón quedó completamente volteado, con la sección de pasajeros aplastada.
En el suelo, entre restos metálicos desgarrados que antes eran los bancos del vagón, están esparcidas las pertenencias de los pasajeros: una maleta, un zapato de niño y montones de ropa.
Al menos 288 personas murieron y más de 850 resultaron heridas en el accidente ocurrido el viernes cerca de Balasore, en el estado oriental de Odisha, dijeron las autoridades, que temen un balance todavía peor.
Durante la noche, las televisiones locales emitían imágenes de las líneas de cadáveres colocados juntos a las vías, algunos cubiertos por sábanas blancas, a la espera de que los equipos de rescate los retiraran en camillas.
Operarios con herramientas para cortar metal abrían grietas en los laterales de los vagones abollados en un intento desesperado de acceder a su interior para sacar a supervivientes y víctimas atrapadas.
Vestidos con uniformes naranjas y equipados con mascarillas, los socorristas, entre ellos agentes de la Fuerza Nacional de Respuesta ante Desastres, cargaban a aquellos que podían extraer para que recibieran ayuda médica.
Esfuerzos de rescate
A lo largo de la noche, el balance mortal creció rápidamente a medida que los equipos de emergencia sumaban a los cadáveres encontrados: desde 50 a alrededor del centenar, hasta llegar a rozar los 300 en el último balance.
Sudhanshu Sarangi, director general de los Bomberos del estado de Odisha, dijo a la AFP en el lugar que había “heridos de gravedad”.
En el sitio resonaban constantemente las sirenas de las ambulancias que trasladaban a los supervivientes al hospital.
El número de heridos hizo que se movilizaran también buses para llevarlos a centros médicos. Desde la distancia, los residentes contemplaban los esfuerzos de rescate.
En los hospitales cercanos había filas de voluntarios para donar sangre ante una tragedia que superaba las capacidades de los servicios médicos.
Enormes multitudes se acumulaban en la entrada del hospital del Distrito de Bhadrak, conmocionados viendo pasar el desfile de una ambulancia tras otra.
Pasajeros aturdidos y ensangrentados esperaban ayuda, mientras los doctores se apresuraban para contener las hemorragias y atender a los heridos de mayor gravedad.
Las autoridades indicaron que todos los hospitales situados entre el lugar del accidente y Bhubaneswar, a unos 200 kms, habían recibido víctimas. Unas 200 ambulancias, e incluso autobuses, fueron movilizados para transportarlas.
El ministro de Transporte Ferroviario, Ashwini Vaishnaw, anunció que el ejército también fue movilizado para que colaborase en las operaciones.
El Papa Francisco se declaró este sábado “profundamente entristecido” y transmitió sus condolencias y sus plegarias tras el accidente.
A pesar de este incidente, la seguridad ferroviaria había mejorado significativamente en el país en años recientes, gracias a inversiones masivas y actualizaciones tecnológicas.
El accidente ferroviario más mortífero del país se remonta al 6 de junio de 1981 en el estado de Bihar (este), donde siete vagones de un tren se precipitaron desde un puente hasta un río causando entre 800 y 1.000 muertos.
En este siglo, India ha tenido 13 accidentes de tren con más de 50 víctimas, tres de ellos fruto de atentados.
*Con información de la AFP