Una veintena de países, entre ellos varios latinoamericanos, se unieron el lunes al gobierno de Estados Unidos para instar a Cuba a respetar los derechos civiles y liberar a las personas detenidas por las protestas inéditas celebradas el 11 de julio en la isla.

Brasil, Colombia y Ecuador fueron algunos de los 20 estados que se unieron al Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en un llamado al gobierno comunista para que "respete los derechos y libertades legalmente garantizados del pueblo cubano" y "libere a los detenidos por ejercer su derecho a las protestas pacíficas".

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"Instamos al gobierno cubano a que preste atención a las voces y a las demandas del pueblo cubano", dice la declaración conjunta, que también pide el fin de las restricciones de Internet.

"La comunidad internacional no vacilará en su apoyo al pueblo cubano y a todos aquellos que defienden las libertades básicas que toda persona merece".

Otras naciones latinoamericanas que firmaron la declaración fueron Guatemala y Honduras, ambas estrechamente alineadas con la política exterior estadounidense.

Corea del Sur, aliada tradicional de Estados Unidos, fue la única nación asiática que se sumó, mientras que desde Europa se sumaron Austria, Polonia y Grecia.

La declaración, sin embargo, no está firmada por aliados cercanos de Estados Unidos como Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Japón y España, a pesar del entusiasmo que han mostrado por trabajar estrechamente con el presidente demócrata Joe Biden tras las turbulencias de su predecesor, el republicano Donald Trump.

Biden pretende hacer un frente común con sus aliados para presionar a Cuba, pero Washington ha estado tradicionalmente aislado en este tema.

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De hecho, la Asamblea General de la ONU condenó, a finales de junio, por abrumadora mayoría y por 29º vez el embargo impuesto contra la isla por Estados Unidos en 1962.

El gobierno de Biden impuso la semana pasada sanciones al ministro de Defensa de Cuba. Desde la Casa Blanca dicen estar buscando formas de restablecer el acceso a Internet y de permitir que los cubano-estadounidenses envíen dinero sin que el gobierno se quede una parte.

Cuba registró el 11 de julio manifestaciones inéditas en más de 40 localidades, en medio de la peor crisis económica de la isla en décadas y de un fuerte aumento de los contagios por covid-19. Las protestas dejaron un muerto, decenas de heridos y más de un centenar de detenidos.