En los últimos días, Los Ángeles fue escenario de un fenómeno meteorológico extremo que sorprendió a todos: un remolino de fuego, conocido como “firenado”, originado por los devastadores incendios forestales que afectan a California.

Este fenómeno, que fusiona los términos en inglés “fire” (fuego) y “tornado” (tornado), se caracteriza por un torbellino de aire caliente que arrastra llamas, generando vientos destructivos que propagan el fuego de manera aún más impredecible y peligrosa.

El “firenado” se ha convertido en un recordatorio alarmante de las consecuencias devastadoras que los incendios forestales siguen teniendo en California. Desde el comienzo de 2025, los incendios han arrasado más de 16.000 hectáreas, dejando un saldo de miles de viviendas y negocios destruidos a lo largo del estado.

Los incendios del sur de California amenazan ya a 100.000 habitantes de los distritos de Brentwood y Encino. | Foto: AFP or licensors

Trágicamente, al menos 24 personas han perdido la vida, y muchos más han resultado heridos o desplazados por el desastre, mientras las autoridades continúan la ardua labor de búsqueda de sobrevivientes entre los escombros.

Según el National Wildfire Coordinating Group (NWCG), un remolino de fuego, o “firenado”, se forma cuando el intenso calor de un incendio provoca que el aire caliente ascienda rápidamente. Este ascenso de aire caliente genera un vórtice que da lugar al fenómeno, caracterizado por un torbellino de llamas y vientos destructivos.

Aunque guardan cierta similitud con los tornados convencionales, los “firenados” poseen características propias que los distinguen. A diferencia de los tornados tradicionales, que se desarrollan a partir de tormentas supercelulares, los remolinos de fuego se forman debido a las condiciones extremas creadas por el calor intenso y los vientos fuertes generados localmente por los incendios.

Los tornados de fuego pueden alcanzar velocidades de viento entre 180 y 220 km/h, colocándolos en la categoría EF-2 de tornados. Esto significa que son lo suficientemente poderosos como para causar daños significativos en su paso, arrasando con todo a su alrededor.