Warren Buffett, el famoso inversionista estadounidense y uno de los empresarios más exitosos de nuestra era, ha adquirido renombre mundial gracias a sus audaces estrategias de inversión y sus consejos para evitar fracasos en los negocios.
Si bien muchos emprendedores conocen y aplican varios de los valiosos principios de Buffett, hay uno en particular que posee un mensaje poderoso en términos de gestión de riesgos, aunque no sea muy conocido: se trata de la “Regla de Noé”. Basada en la figura bíblica de Noé y su arca, esta norma ofrece una lección de gran importancia tanto en inversiones como en liderazgo.
La Regla de Noé, en apariencia sencilla, encierra una enseñanza profunda al permitir a quienes la aplican con precisión “predecir la lluvia”. De hecho, la cita menos conocida de Buffett, “predecir la lluvia no cuenta, construir un arca sí”, se encuentra en el informe anual de accionistas de Berkshire Hathaway de 2001.
Buffett utilizó esta frase para resaltar un error significativo que se avecinaba ese año y que se materializó con los trágicos eventos del 11 de septiembre. Aunque el inversionista había previsto numerosos acontecimientos en el mercado antes de ese fatídico día, no logró convertir sus ideas en acciones, violando así su propia Regla de Noé, donde la lluvia llegó tal como se esperaba, pero él había olvidado construir un arca.
Esta regla destaca la importancia de estar preparado para las inevitables recesiones comerciales y del mercado, invitando a las personas a enfocarse en construir un “arca” sólida tanto para inversores como para ejecutivos, a fin de poder posicionarse y capitalizar las oportunidades.
Buffett ha hecho hincapié en numerosas ocasiones en la importancia de pensar a largo plazo en lugar de dejarse llevar por las fluctuaciones del mercado a corto plazo. En el libro “The Long Game: How to Be a Long-Term Thinker in a Short-Term World” (El juego largo: cómo ser un pensador a largo plazo en un mundo a corto plazo) de Dorie Clark, se destaca la relevancia de cultivar una mentalidad estratégica y tomar decisiones con una perspectiva a largo plazo en el acelerado mundo actual.
Según Clark, el éxito y la satisfacción personal derivan de apostar por el crecimiento sostenible y los logros significativos en lugar de buscar ganancias rápidas. Para lograr esto, el autor sugiere desarrollar la paciencia, la resiliencia y una visión clara de los objetivos.
Es importante destacar que habrá contratiempos y fracasos en el camino, y es aquí donde cobra relevancia la Regla de Noé para mantener una mentalidad adecuada. Construir un “arca” sólida y resistente se vuelve fundamental para evitar o enfrentar los desafíos económicos.
La Regla de Noé resalta la importancia de estar preparado para lo peor. En lugar de dejarse llevar por el miedo y el pánico durante tiempos turbulentos, el magnate lo que busca con esta estrategia es que los líderes y empresarios, aprendan a mantener la calma, concentrarse en los logros a largo plazo de sus proyectos.
Algo de su historia
Warren Edward Buffett nació el 30 de agosto de 1930 en Omaha, Nebraska, durante los primeros días de la Gran Depresión. Es el único hijo varón de una familia de tres hermanos. Su padre, Howard Homan Buffett, era un financiero y político, y su madre se llamaba Leila Buffett. Los primeros años de su vida estuvieron marcados por la pobreza debido al colapso financiero de 1929.
A pesar de ser algo que muchos niños desean, la experiencia de vivir en la pobreza durante los primeros seis años de su vida llevó a Warren a tomar la decisión de enriquecerse. A diferencia de otros niños de su edad, comenzó a emprender acciones para alcanzar ese objetivo.
Desde muy temprana edad, se dedicó a emprendimientos como vender chicles, refrescos y limonada. Se dio cuenta de que la calle donde vivía un amigo tenía más afluencia de gente, lo cual le permitiría aumentar sus ventas.