Un discurso de José Aníbal Acevedo, conductor de un bus padrón del MÍO, se convirtió esta semana en el video más visto de las redes sociales de El País. Este trabajador hace, antes de iniciar su recorrido, un llamado a los pasajeros para recordar normas básicas de cortesía y así mejorar la convivencia. En medio de los problemas que aquejan al sistema, en el interior de sus buses, también viaja lo mejor de los caleños: solidaridad, alegría y la diversidad que hace de Cali una ciudad colorida y con esperanza.
Es cierto, también se ve toda la problemática que aqueja a la ciudad: indigencia, informalidad e inseguridad, pero la gran, gran mayoría son personas que cada día viajan en los articulados, padrones y alimentadores buscando hacer de Cali un mejor sitio para vivir. Los casi tres mil trabajadores que conforman el sistema masivo de transporte madrugan a prestar un servicio fundamental a la ciudad a pesar de las inmensas dificultades, las críticas y la indolencia de la Administración Municipal.
A las 4:00 a.m. los motores se encienden para transportar un promedio de 250 mil pasajeros diarios, cifra muy inferior al millón de pasajeros que se proyectaban cuando el sistema inició sus operaciones hace casi 15 años. Pero el MÍO no se detiene, el plan de salvamento y la nueva inyección de recursos tienen que reflejarse en la entrada en funcionamiento de la nueva troncal por la Autopista Simón Bolívar y en el cambio de la flota de buses por vehículos, ojalá eléctricos, más amables con el medio ambiente y sobre todo con mayores frecuencias que hagan menos dispendioso el recorrido y más cortas las esperas.
Y esto se logra con el esfuerzo de todos, no puede ser que una ciudad de este tamaño no sea capaz de sostener un sistema decente de transporte, no podemos regresar a las viejas busetas y seguir en el caos de las motos y la piratería. ¿Cómo podemos ayudar los usuarios? Para comenzar pagar el pasaje, tener la tarjeta cargada, 60 millones de pesos diarios pierde el sistema por cuenta de los colados; usar el sistema es la manera más rápida de cruzar la ciudad de sur a norte; cuidar los buses y las estaciones, obras magnificas como las del Paso del Comercio y la nueva Terminal de Aguablanca lucen desérticas; ser solidarios con el sistema, apoyar a sus empleados con un buenos días, gracias, entender el esfuerzo de un grupo muy grande de trabajadores para que Cali no se detenga y no continúe en la guerra del centavo. A ver si el discurso de este valiente conductor hace mella en el corazón de los caleños y entre todos salvamos el MÍO.
No podemos aspirar a ser sede de eventos internacionales ni a seguir llamándonos la ‘Capital Deportiva de América, no somos competitivos sin transporte masivo.