“No tengo emociones, solo reflejo las tuyas”. Esta fue la respuesta que me dio ChatGPT cuando le pregunté cómo se sentía hoy y cómo estaba manejando esos sentimientos.

Cada día estamos más inmersos en una vida digital, en ser más capaces en el uso de los avances tecnológicos y la IA, pero, ¿qué tanto estamos preocupados en avanzar y desarrollar nuestra Inteligencia o el cociente emocional?; esto es, según los expertos, nuestra capacidad de entender y gestionar las emociones en uno mismo y en los demás. Y eso, ¿para qué sirve?

“Hoy más que nunca necesitamos de la inteligencia emocional, porque tenemos más retos que en otro momento del pasado”, ha llamado la atención el psicólogo Daniel Coleman, creador de este concepto. El mundo ha cambiado, pero las emociones humanas no. En un mundo donde cada vez más las pantallas y los dispositivos median nuestras relaciones, necesitamos aprender a gestionar y lidiar con muchas emociones, y con las complejas relaciones sociales, laborales y familiares de hoy.

Sin embargo, es una realidad que como líderes y profesionales cada vez estamos retados por aumentar nuestras competencias digitales, tecnológicas y de uso de IA, pero tal vez no nos desafiamos en la misma medida para mejorar nuestras habilidades emocionales.

Las máquinas podrán procesar datos, realizar razonamientos y cálculos a velocidades superiores a nuestras capacidades, con alta precisión y eliminando errores. Y aunque hay avances significativos en darle más sentido de humanidad a la IA, somos los seres humanos los capaces de desarrollar habilidades blandas como la empatía, la conciencia individual y colectiva, el amor, la cooperación y la unión, la capacidad de adaptación, fruto de experiencias vividas, del entorno social y del contexto cultural, y en general, una inteligencia emocional que es en gran medida lo que demarca el éxito de las personas en todos sus ámbitos.

Hoy necesitamos mayor esfuerzo para educar y desarrollar el cociente emocional, sobre todo de los más jóvenes, para que generen habilidades que les permitan gestionar sus procesos emocionales y manejar de forma adaptativa sentimientos como la ira, la ansiedad y la frustración, fruto del entorno de las redes sociales, a la vez que aprendan a desarrollar habilidades de comunicación saludables, para que logren expresar sus preocupaciones y desacuerdos de forma constructiva.

Hace poco leí a Mario Alonso Puig, quien indicaba que, más allá del cociente intelectual que pueda tener una persona, que sin duda es importante, pero que por sí solo no garantiza el éxito de alguien, existen dos inteligencias que pueden ser aún más relevantes en ese objetivo: la intrapersonal y la interpersonal. La primera es la capacidad que tenemos para gestionar nuestras propias emociones, y la segunda habla de la habilidad para entender a los demás y con base a esto, tener la facultad de resolver apropiadamente situaciones y conflictos. Según Puig, una persona que no sea capaz de gestionar su propia vida y sus estados de ánimo, y que además no sepa entender a los demás para resolver problemas, seguramente, por más cociente intelectual que tenga, es muy difícil que sea exitosa.

La IA podrá complementar y ojalá enriquecer lo que hacemos a diario en nuestras vidas, pero por ahora no reemplaza la profundidad de las relaciones y de las emociones humanas. Aprender a manejar estos dos elementos, prepararse y trabajar en ello, nos dará las herramientas y la capacidad para gestionar con relativo bienestar nuestras vidas y nuestro trabajo, allanando el camino para tener una adecuada inteligencia emocional y por qué no, para ser exitosos.

@Juanes_angel