El desenlace conciliatorio de la supuesta guerra de aranceles propuesta por el presidente Donald Trump demuestra que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, con su tono calmado y maternal cumple con los planteamientos de la psicóloga Carol Gilligan, cuando dice que en la diferencia de la voz femenina está la verdad de una ética del cuidado, el lazo entre las relaciones y la responsabilidad y los orígenes de la agresión, cuando falla la conexión. Al escuchar a las mujeres y percibir las experiencias femeninas, cambia la historia.
Que diferencia de la reacción impulsiva a altas horas de la noche de Gustavo Petro, un Twitter, no pensado, midiendo su ego con otro ególatra igual de loco, sobre un caso que no era nuevo, la deportación de colombianos que llegan ilegalmente a Estados Unidos. Que Trump para cumplir su promesa de campaña haya incluido en un Decreto Presidencial lo que se venía haciendo hace ya algunos años era la cascarita que pisó Petro causando una terrible crisis, con amenazas de parte y parte y que solo se logró resolver con las palabras al oído de otra mujer, la nueva canciller colombiana Laura Sanabria. Tal fue el pánico que hasta Uribe salió a interceder por Colombia.
Con el sol a la espalda, qué papayazo. ¿Estaba drogado?, ¿borracho? o ¿loco? Hasta los más fieles seguidores del Pacto Histórico se rascaron la cabeza, mientras que otros analistas mirando al mundo en manos de una serie de hombres andropáusicos o seniles, solo pueden concluir que la agresión va a ser la curva del futuro, posiblemente la destrucción del planeta. ¿Negando la existencia de las huellas de carbono, será que Musk y su séquito, como en una película de ciencia ficción, se irán a Marte y nos dejarán muriéndonos de hambre y sed? Se necesita un cambio inmediato y fundamental y solo se dará con el triunfo de la ética del cuidado que manejan las mujeres y algunos hombres que ya han adoptado las nuevas masculinidades.
Claudia Sheinbaum firmemente, no con un trino, a altas horas de la noche abogó por el respeto a su país, pero también llamó al presidente Trump por teléfono y ambos hablaron respetuosamente y llegaron a acuerdos: los aranceles del 25% propuestos por Trump, supuestamente en represalia por la llegada de toneladas de Fentanilo a Estados Unidos se pospondrían por un mes, mientras que la Presidenta Mexicana enviaría 10.000 elementos de la Guardia Nacional a la frontera para controlar el narcotráfico y la inmigración ilegal y Estados Unidos por su parte se comprometió a controlar el tráfico de armas de alto poder, una de las permanentes quejas del gobierno mexicano.
Qué elegante forma de acabar con una crisis y que lección para el resto del mundo. ¿Será que Colombia aprende y elegimos una mujer a la Presidencia?